
La creencia habitual es la siguiente: mi conciencia está en mi cuerpo (fundamentalmente en mi cabeza); mi cuerpo está en esta habitación, y esta habitación está en el espacio que me rodea, el universo mismo.
Y, si bien esto es cierto desde la perspectiva del ego, resulta, no obstante, completamente falso desde el punto de vista del Yo.
Cuando yo descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin forma, resulta evidente que , en este mismo instante, yo no estoy en mi cuerpo, sino que mi cuerpo está en mi conciencia. Yo soy, por consiguiente, conciencia.
Cuando descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin forma, resulta evidente que en este mismo instante, yo no estoy en esta casa, sino que esta casa es la que está en mi conciencia. Yo soy el Testigo puro en el que emerge ahora mismo esta casa. Yo no estoy en esta casa, sino que esta casa está en mi conciencia. Yo soy, por tanto, conciencia.

Es cierto que la materia física de su cuerpo se halla dentro de la materia de la casa y que la materia de la casa se halla dentro de la materia del universo. Pero usted es algo más que materia, usted no es sólo algo físico, usted también es Conciencia y la materia no es más que un cascarón externo. Cuando el ego adopta el punto de vista de la materia queda atrapado en la materia y se ve, por tanto, torturado de continuo por el aspecto físico del dolor. Pero el dolor también emerge en su conciencia y usted puede hallarse en el dolor o, cuando descansa en la inmensidad de la Vacuidad pura que constituye su identidad más profunda, puede darse cuenta de que es el dolor el que se halla en usted, de que es usted el que rodea el dolor y de que, en consecuencia, lo trasciende.
Muchas gracias por vuestro tiempo y hasta pronto.
HORUS
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