EL SILENCIO DE LA VERGÜENZA

Hace tiempo, que no le dedico una entrada a la Iglesia católica, apostólica, romana y pederasta, porque pienso que cuanto menos se hable de la Iglesia como institución, cuanto menos importancia se le dé a las declaraciones que hacen sus voceros los obispos (algunas de juzgado de guardia), menos protagonismo tendrán en la sociedad, y poco a poco, irán situándose dónde les corresponde, en la Iglesia, con los feligreses que les queden.

No es buena la Iglesia como institución, aunque muchos hombres y mujeres (curas y monjas), hacen una gran labor con la gente más necesitada para ellos, desde aquí mi admiración y respeto.

Pero la Iglesia como institución la califico de misoginia, homófoga y de extrema derecha, una institución que es capaz de excomulgar a una niña de 13 años por abortar, y ampara a su violador, no es justa. Una institución que persigue la homosexualidad, cuando tienen a cientos de curas gays que eligieron el hábito para ocultar sus gustos sexuales, no es justa.

Una institución, que en lugar de entregar a los curas pederastas a la justicia, los ha protegido, y se han limitado a cambiarlos de colegio o de parroquia, no es justa. Son demasiadas las barbaridades que se hacen y se dicen desde la Iglesia, en el nombre de Dios, son demasiadas riquezas las que acumulan, y no practican la caridad, no tienen ninguna vergüenza de hablar de la pobreza los que están forrados y revestidos todo de oro no es justa.

Y si por algunos obispos fuera, volverían a encencer las hogueras y poner en marcha "la Santa inquisición".

Ahora voy a referirme sobre el manto de silencio que el vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, evitó pronunciarse cuando se le pregunto sobre la denuncia por "crímenes de lesa humanidad" elevada ante la CPI contra varios funcionarios eclesiásticos por una ONG.

La nota relacionada con la demanda impuesta al Vaticano por delitos de lesa a martes 13 de septiembre de 2011 dice: El Vaticano guarda silencio sobre la demanda presentada ante la Corte Penal Internacional (CPI) contra el Papa Benedicto XVI y otros prelados por los casos de pederastia clerical junto con el cardenal William Joseph Levada y los dos últimos secretarios de Estado de el Vaticano los purpurados Angelo Sodano y Tarcisio Bertone.

Espero que algún día el peso de la ley caiga sobre estos desalmados que aunque no tienen alma siempre quieren controlar las de los demás.

Que paséis un feliz día y muchas gracias por estar ahí apoyando este blog

Jesús Miravalles Gil