29 de marzo de 2012

ENTRA EN EL INTERIOR DE TU CUERPO

Para entrar aún más profundamente en el interior de tu cuerpo cuerpo, practica la siguiente meditación. Diez o quince minutos de reloj deberían bastar.
ASEGÚRATE DE QUE NO HAYA DISTRACCIONES EXTERNAS, como teléfonos o personas, que puedan interrumpirte. Siéntate en una silla, pero sin apoyarte en el respaldo. Mantén la columna erguida. Eso te ayudará a estar alerta. Como alternativa, elige tu posición favorita de meditación. Mantén el cuerpo relajado. Cierra los ojos.
Realiza unas cuantas respiraciones. Siente que respiras hacia el bajo vientre. Observa cómo se expande y se contrae ligeramente con cada inspiración y espiración.
Después toma conciencia de todo el campo energético interno del cuerpo. No pienses en él; siéntelo. Al hacerlo, arrebatas conciencia a la mente. Si te sirve de ayuda, usa la visualización de la «luz» que he descrito anteriormente.
Cuando sientas claramente el cuerpo interno como un campo unificado, abandona, si te es posible, cualquier imagen visual y céntrate exclusivamente en la sensación. Si puedes, abandona también cualquier imagen que pueda quedarte del cuerpo físico. Lo único que te quedará es una sensación omniincluyente de presencia o «de Ser», y sentirás que el cuerpo interno no tiene límites.
A continuación ahonda con tu atención en esa sensación. Hazte uno con ella. Fúndete con el campo energético, de modo que desaparezca la percepción de dualidad entre el observador y lo observado, entre tú y tu cuerpo. Poco a poco se va disolviendo la distinción entre lo interno y lo externo, de modo que ya no queda cuerpo interno. Entrando profundamente en el cuerpo lo has trascendido.
Mantente en el reino del puro Ser el tiempo que te resulte cómodo; después vuelve a tomar conciencia del cuerpo físico, de tu respiración y de los sentidos físicos, y abre los ojos. Observa tu entorno durante unos minutos meditativamente —es decir, sin ponerle etiquetas mentales— y mientras tanto sigue sintiendo tu cuerpo interno.
Tener acceso al reino de lo informe es muy liberador. Te libera del vínculo con la forma y de la identificació n con ella. Lo llamamos lo No Manifestado, la Fuente invisible de todas las cosas, el Ser dentro de todos los seres. Es un reino de profunda quietud y paz, pero también de alegría e intensa vitalidad. Cuando estás presente, te haces en alguna medida a la luz, a la pura conciencia que emana de la Fuente. También te das cuenta de que la luz no está separada de quien eres, sino que constituye tu esencia misma.
Cuando tu conciencia se dirige hacia fuera, surgen la mente y el mundo. Cuando se dirige hacia dentro, alcanza su propia Fuente y regresa a casa, a lo No Manifestado.
Después, cuando vuelve al mundo manifestado, retomas la identidad en la forma a la que habías renunciado temporalmente. Tienes un nombre, un pasado, una situación de vida, un futuro. Pero ya no eres la misma persona que antes; un aspecto esencial ha cambiado porque has vislumbrado una realidad dentro de ti que «no es de este mundo», aunque tampoco está separada de él, del mismo modo que no está separada de ti.
Ésta debe ser tu práctica espiritual:
EN LOS QUEHACERES DE TU VIDA no concedas el ciento por ciento de tu atención al mundo externo y a la mente. Mantén parte de tu atención dentro.
Siente tu cuerpo interno mientras participas en tus actividades cotidianas, especialmente cuando te relacionas con otras personas o con la naturaleza. Siente la quietud en lo profundo de él. Mantén la puerta abierta.
Es muy posible ser consciente de lo No Manifestado a lo largo de la vida. Lo sientes como una profunda paz de fondo, una quietud que nunca te abandona, pase lo que pase fuera. Así te conviertes en un puente entre lo No Manifestado y lo manifestado, entre Dios y el mundo.
Este es el estado de conexión con la Fuente, que llamamos iluminación.
PROFUNDIZA TUS RAÍCES INTERNAS
La clave está en mantenerse permanentemente en un estado de conexión con tu cuerpo interno, sentirlo en todo momento. Esto profundizará y transformará tu vida rápidamente. Cuanta más conciencia dirijas hacia el cuerpo interno, más elevada será su frecuencia vibratoria, de manera parecida a una luz que brilla más a medida que giras el interruptor progresivo y aumenta el flujo eléctrico. En ese alto nivel energético la negatividad ya no puede afectarte, y tenderás a atraer nuevas circunstancias que reflejen esa frecuencia elevada.
Si mantienes la atención en el cuerpo siempre que te sea posible, estarás anclado en el ahora. No te perderás en el mundo externo ni en la mente. Los pensamientos y las emociones, los miedos y los deseos, pueden seguir presentes en alguna medida, pero ya no se adueñarán de ti.
POR FAVOR, ANALIZA DÓNDE ESTÁ TU ATENCIÓN en este momento. Estás escuchándome o estás leyendo estas palabras en un libro. Ese es el centro de tu atención. También eres consciente periféricamente de tu entorno, de otras personas, etcétera. Además, puedes tener cierta actividad mental en torno a lo que estás oyendo o leyendo, algún comentario mental.
Pero no es necesario que nada de lo anterior absorba toda tu atención. Intenta mantenerte simultáneamente en contacto con tu cuerpo interno. Mantén parte de la atención dentro de ti; no dejes que toda ella fluya hacia fuera. Siente tu cuerpo desde dentro como un campo energético unificado. Es casi como si estuvieras escuchando o leyendo con todo tu cuerpo. Practica esto en los próximos días y semanas.
No entregues toda tu atención a la mente y al mundo externo. Intenta concentrarte en lo que haces con todos los medios a tu alcance, pero al mismo tiempo siente tu cuerpo interno siempre que puedas. Mantente arraigado en tu interior. A continuación observa cómo eso cambia tu estado de conciencia y la cualidad de tus acciones.
Por favor, no te limites a aceptar o negar lo que digo. Haz la prueba.
EL FORTALECIMIENTO DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Hay una meditación de autosanación, simple pero poderosa, que puedes practicar cuando sientas la necesidad de fortalecer tu sistema inmunológico. Es especialmente eficaz si la utilizas cuando percibes los primeros síntomas de una enfermedad, pero también funciona con enfermedades que ya están instauradas si la usas con la suficiente frecuencia y concentración. Asimismo, contrarrestará las alteraciones sufridas por tu campo energético a causa de cualquier negatividad.
De todos modos, la práctica de la presencia en el cuerpo momento a momento no tiene sustituto posible, y si no se realiza, el efecto de la meditación sólo será temporal. Veamos los detalles prácticos.
CUANDO TENGAS UNOS MINUTOS LIBRES, y especialmente por la noche antes de dormir y a primera hora de la mañana antes de levantarte, «inunda» tu cuerpo de conciencia. Cierra los ojos. Túmbate de espaldas. Ve llevando la atención, sucesivamente, a las distintas partes del cuerpo: manos, pies, brazos, piernas, abdomen, pecho, cabeza, etc. Siente la energía dentro de esas partes con toda la intensidad posible. Mantente en cada una de ellas durante quince segundos aproximadamente.
A continuación, deja que tu atención recorra el cuerpo unas cuantas veces como una ola, de los pies a la cabeza y de la cabeza a los pies.
Con dedicar un minuto a esta parte es suficiente. A renglón seguido, siente la totalidad de tu cuerpo energético como un campo de energía unificado. Mantén la sensación durante unos minutos.
Permanece intensamente presente durante ese tiempo, presente en cada célula de tu cuerpo.
No te preocupes si tu mente consigue apartar tu atención del cuerpo ocasionalmente y te quedas perdido en algún pensamiento. En cuanto te des cuenta de que eso ha ocurrido, reorienta tu atención hacia el cuerpo interno.EL USO CREATIVO DE LA MENTE.Si necesitas usar la mente para un propósito específico, úsala en combinación con tu cuerpo interno. Sólo si eres capaz de mantenerte consciente sin pensamientos podrás usar la mente creativamente, y el camino más fácil para entrar en ese estado es a través del cuerpo.
CUANDO NECESITES UNA RESPUESTA, UNA SOLUCIÓN O UNA IDEA CREATIVA, deja de pensar momentáneamente y concentra la atención en tu campo de energía interno. Toma conciencia de la quietud. Cuando vuelvas a pensar, tu pensamiento será fresco y creativo. En cualquier actividad relacionada con el pensamiento, practica el hábito de alternar entre unos minutos de pensamiento y otros tantos de una especie de escucha interna, de quietud interna.
Podríamos decirlo así: no pienses únicamente con tu cabeza, piensa con todo tu cuerpo.
DEJA QUE LA RESPIRACIÓN TE LLEVE AL CUERPO
Si en algún momento te resulta difícil contactar con el cuerpo interno, suele ser más fácil empezar centrándose en la respiración. La respiración consciente, que es una intensa meditación por derecho propio, te pondrá gradualmente en contacto con el cuerpo.
SIGUE LA RESPIRACIÓN CON TU ATENCIÓN, el aire que entra y sale del cuerpo. Inspira y siente el abdomen expandirse y contraerse ligeramente con cada inspiración y espiración.
Si te resulta fácil visualizar, cierra los ojos y obsérvate rodeado de luz o inmerso en una sustancia luminosa, en un mar de conciencia.
A continuación inspira esa luz. Siente que la sustancia resplandeciente llena todo tu cuerpo y lo hace luminoso.
A partir de ahí, gradualmente, céntrate más en la sensación. No te apegues a ninguna imagen visual. Ahora estás en tu cuerpo. Has accedido al poder del ahora.
                Fuente: Sincrodestino

Jesús Miravalles Gil
                                       

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