En el Estado español, aparece con mayor claridad cada día el carácter político de esta crisis. Los pilares que mantuvieron la Dictadura y cuya continuidad aseguró la Transición empiezan a hacer aguas seriamente ante la opinión pública, a pesar de todas las manipulaciones informativas imaginables.
La imagen de la monarquía se degrada ante un pueblo que ve que, mientras el paro y la miseria es el único porvenir suyo y de sus hijos, salen cada año 9 millones de euros de las arcas públicas para financiar a los parásitos y holgazanes de la Casa Real. La miseria tiene cara de hereje, como decía Quevedo, y una clase obrera que ve caer salvajemente sobre sus espaldas las consecuencias de la crisis está cada vez menos dispuesta a comulgar con ruedas de molino de príncipes y princesas.
Su majestad el Rey se lleva 700.000 euros al año solo por salir en navidad a decirnos que buenos somos y que guapos estamos. ¡¡Basta ya!! de Parásitos, Holgazanes, Vividores, Puteros y Borrachos.
Este país España está vastante atrasadita en este sentido, no damos para más. Las Monarquías son instituciones medievales en pleno siglo XXI no tiene mucho sentido que existan esta clase de "Parásitos" los gobernantes deben ser elegidos democráticamente por el pueblo por la gente.
Nadie debe ser nada simplemente por el hecho de nacer en determinada cuna. La corrupción extendida a todos los aparatos del Estado, y en especial al poder político, el escándalo del poder económico de una Iglesia cada día más machista y cavernícola, la evidencia de que la represión es la única respuesta a las ansias de libertad y autodeterminación de los pueblos y sobre todo, el descrédito de un gobierno “popular” fiel ejecutor del programa más duro de la burguesía, plantean a los sectores cada vez más amplios la necesidad de enfrentar un cambio de régimen con todas las consecuencias.
“Hoy más que nunca, planteamos que el cambio de gobierno no es la solución. El baile en el gobierno del PP y el PSOE más parece “el baile de los vampiros”. En definitiva, no habrá soluciones parciales. Es preciso cambiar la situación de raíz y enfrentar la necesidad de un cambio de régimen y la instauración de la República como orden social realmente democrático en el que la hegemonía la tengan la clase obrera y los pueblos. Ese es el camino. Esa es la única garantía de futuro”.
"Salud y República"
HORUS
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