Haz tuyos sus ojos, pídele al mismo Espíritu que te ayude a hacerlo. Es cambiar un chip, dejar la mente ordinaria para entrar en la mente cuántica, conectarse con el cuerpo, y sentir la frecuencia del amor.
Verás que todas personas, seres y cosas, son hermosas y que todo es perfecto en el universo. Con ojos cuánticos, puedes ver que ya tienes todo para ser lo que en verdad eres.
No te voy a decir cómo mirar de esta forma, porque no hace falta más que pedirlo.
Esto sí es muy zen y muy taoísta: encontrar sin buscar. Hace falta mirar sin mirar y entonces "saltan" y se dejan ver. Como hacemos, más o menos, durante zazen con la pared o con el suelo... ya sabéis... lo más hermoso es que hay más de lo que se ve a simple vista (como en la vida) y todo es cierto y "es" simultáneamente (como en la vida). Muchos planos, muchas miradas que no se excluyen y ni siquiera tan solo se complementan. A la vez. "Al 'mirarte', 'alcanzo' a ver los límites del Universo.
Al andar 'contigo', al compartir la vida, 'vamos' y 'venimos'... y 'aprendemos'... como niños; incluso 'enfermamos' y 'caemos' heridos.
También 'somos' desposeídos y 'puestos' en estado de tensión, de ebullición.
También 'nos' caen chuzos de punta... a cada momento, cada día... Esta es la prueba, la escuela, el crecer resuelto de los que 'miran' hacia algún sitio." Los ojos del hombre pueden realizar dos funciones:una es ver la energía en general, tal como fluye en el universo, y la otra es «mirar las cosas de este mundo».
Ninguna de ellas es mejor que la otra; sin embargo, educar los ojos sólo para mirar es un lamentable e innecesario desperdicio. Un guerrero elige un camino con corazón, cualquier camino con corazón, y lo sigue, y luego se regocija y ríe.
Sabe, porque ve, que su vida se acabará demasiado pronto.
Sabe, porque ve, que nada es más importante que lo demás.
Desconozco autor
Jesús Míravalles Gil
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