¡CREER O NO CREER...!
Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y recortarse la barba. Como es costumbre en estos casos entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto, tocaron el tema de la CREENCIA en algo superior.
El barbero dijo - Fíjese caballero que yo no creo en una Creencia superior - Pero, le dijo el cliente ¿Por qué dice usted eso? - Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que las personas no creen en algo superior, o díganme, ¿Acaso si ella existiera, habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si las personas tuvieran creencia en algo superior, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad.
Yo no puedo pensar que exista una creencia en algo superior y que esta permita todas estas cosas. El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Recién abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado.
Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero - ¿Sabe una cosa? Los barberos no existen - ¿Cómo que no existen? -pregunta el barbero- Si aquí estoy yo y soy barbero. ¡No! - dijo el cliente - no existen, porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle. Ah – respondió el barbero - los barberos si existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí - Exacto - dijo el cliente - Ese es el punto.
La Creencia en algo superior si existe, lo que pasa es, que las personas no la buscan, no van hacia ella, no la conocen, no la entienden… por eso hay tanta falta de creencia, duda, desamor, dolor, miseria y sufrimiento en este mundo…
Si las personas buscaran su Creencia Interior, ese algo superior se convertiría en ellos mismos y al serlo… ¡¡El Ser Humano sería la expresión viva de que la creencia interior existe, porque él reflejaría la imagen de este mundo en el espejo de sí mismo!!...
(Cuento anónimo)
LA DOCTRINA DEL VACIÓ
Era un lama cuya enseñanza enfatizaba la necesidad de percibir el vacío. Instaba a sus novicios y monjes a que se vaciaran de todo y percibieran el sustrato vacío de todos los fenómenos. Pero tanto acento ponía en la necesidad de vaciarse, que un día varios monjes se acercaron a él y le dijeron: -Venerable lama, en absoluto cuestionamos tus enseñanzas, pero ¿Por qué pones tanto énfasis en la doctrina del vacío? El lama sonrió y dijo: -Al atardecer, los espero a todos aquí en el santuario con un vaso lleno de agua. Al declinar el día, los monjes llegaron al santuario con sus vasos de agua. El maestro dijo: -Golpeen el vaso con cualquier objeto y hagan sonar. Quiero oír la música de sus vasos. Así lo hicieron los monjes, pero el sonido era muy pobre y apagado. El lama añadió -Ahora vacíen el vaso y vuelvan a hacerlo. Los monjes arrojaron el agua de los vasos y comenzaron a hacerlos sonar. Ahora el sonido era vivo. El lama dijo: -Vaso lleno no suena. Los cinco monjes comprendieron la enseñanza y el lama sonrió satisfecho. ————— Vacíate de todos tus pensamientos, dudas, preocupaciones y empezarás a escuchar tu voz interior. Vacíate de tu ego y ya no podrás ser dañado ni herido por nadie. Vacíate de tu ignorancia y te zambullirás de lleno en el conocimiento del ser. Vacíate de lo impermanente y te fundirás en lo único real, en lo que tú eres.
cuento tibetano
Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y recortarse la barba. Como es costumbre en estos casos entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto, tocaron el tema de la CREENCIA en algo superior.
El barbero dijo - Fíjese caballero que yo no creo en una Creencia superior - Pero, le dijo el cliente ¿Por qué dice usted eso? - Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que las personas no creen en algo superior, o díganme, ¿Acaso si ella existiera, habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si las personas tuvieran creencia en algo superior, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad.
Yo no puedo pensar que exista una creencia en algo superior y que esta permita todas estas cosas. El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Recién abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado.
Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero - ¿Sabe una cosa? Los barberos no existen - ¿Cómo que no existen? -pregunta el barbero- Si aquí estoy yo y soy barbero. ¡No! - dijo el cliente - no existen, porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle. Ah – respondió el barbero - los barberos si existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí - Exacto - dijo el cliente - Ese es el punto.
La Creencia en algo superior si existe, lo que pasa es, que las personas no la buscan, no van hacia ella, no la conocen, no la entienden… por eso hay tanta falta de creencia, duda, desamor, dolor, miseria y sufrimiento en este mundo…
Si las personas buscaran su Creencia Interior, ese algo superior se convertiría en ellos mismos y al serlo… ¡¡El Ser Humano sería la expresión viva de que la creencia interior existe, porque él reflejaría la imagen de este mundo en el espejo de sí mismo!!...
(Cuento anónimo)
LA DOCTRINA DEL VACIÓ
Era un lama cuya enseñanza enfatizaba la necesidad de percibir el vacío. Instaba a sus novicios y monjes a que se vaciaran de todo y percibieran el sustrato vacío de todos los fenómenos. Pero tanto acento ponía en la necesidad de vaciarse, que un día varios monjes se acercaron a él y le dijeron: -Venerable lama, en absoluto cuestionamos tus enseñanzas, pero ¿Por qué pones tanto énfasis en la doctrina del vacío? El lama sonrió y dijo: -Al atardecer, los espero a todos aquí en el santuario con un vaso lleno de agua. Al declinar el día, los monjes llegaron al santuario con sus vasos de agua. El maestro dijo: -Golpeen el vaso con cualquier objeto y hagan sonar. Quiero oír la música de sus vasos. Así lo hicieron los monjes, pero el sonido era muy pobre y apagado. El lama añadió -Ahora vacíen el vaso y vuelvan a hacerlo. Los monjes arrojaron el agua de los vasos y comenzaron a hacerlos sonar. Ahora el sonido era vivo. El lama dijo: -Vaso lleno no suena. Los cinco monjes comprendieron la enseñanza y el lama sonrió satisfecho. ————— Vacíate de todos tus pensamientos, dudas, preocupaciones y empezarás a escuchar tu voz interior. Vacíate de tu ego y ya no podrás ser dañado ni herido por nadie. Vacíate de tu ignorancia y te zambullirás de lleno en el conocimiento del ser. Vacíate de lo impermanente y te fundirás en lo único real, en lo que tú eres.
cuento tibetano
UNA HISTORIA HERMOSA Y CORTA
Un muchacho entró con paso firme a la joyería pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le presento uno. La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol. resplandeciente. El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo. ¿Se va usted a casar pronto? - Le pregunto el joyero. No - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia. La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador. Es para mi mama - dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejo que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos. Fue padre y madre para mí, y fue amiga y hermana, y fue mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. Quizá después entregue otro anillo de compromiso, pero será el segundo . El joyero no dijo nada, solamente ordeno a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que él hacia nada mas a los clientes importantes. Anónimo
LA SERPIENTE Y LA LUCIÉRNAGA (EL MEJOR CUENTO SOBRE LA ENVIDIA)
Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada.
Al tercer día, la Luciérnaga paró y fingiéndose exhausta, dijo a la serpiente: - Espera, me rindo, pero antes de atraparme permíteme hacerte unas preguntas. - No acostumbro dar éste precedente a nadie pero como te pienso devorar, puedes preguntarme.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? -No - ¿Te hice algún mal? -No . - Entonces, ¿Porque quieres acabar conmigo? -Porque no soporto verte brillar. La luciérnaga se atrevió a recabar esa información, porque quería entender la situación que a todas luces le parecía sin sentido. Una vez enterada del adormecimiento y la envidia de la serpiente, se limitó a sonreír y volar más alto y rápido aún, con lo que la serpiente se quedó con ganas de ese bocado tan luminoso que demostró estar fuera de su alcance.
En un guiño final de su luz, el bichito alado le gritó a la serpiente, muy encima de ella: -“Es hora de que aprendas a brillar tu misma de un modo tan hermoso que aún nosotras las luciérnagas, observemos con admiración, tu gran resplandor” Hay muchas personas que no soportan ver brillar a otras, envidian su vida, sus logros, su familia y hasta su sonrisa! Si alguna persona así nos tocase en la vida, nunca dejemos de brillar, nunca dejemos de seguir siendo nosotros mismos, de seguir haciendo y dando lo mejor de nosotros, hasta que esas personas comprendan que no pueden hacernos nada malo y que nuestra luz siempre seguirá intacta, y a lo mejor entonces, ellas comienzan a tratar de brillar por si mismas también. Anónimo
Jesús Miravalles Gil
Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada.
Al tercer día, la Luciérnaga paró y fingiéndose exhausta, dijo a la serpiente: - Espera, me rindo, pero antes de atraparme permíteme hacerte unas preguntas. - No acostumbro dar éste precedente a nadie pero como te pienso devorar, puedes preguntarme.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? -No - ¿Te hice algún mal? -No . - Entonces, ¿Porque quieres acabar conmigo? -Porque no soporto verte brillar. La luciérnaga se atrevió a recabar esa información, porque quería entender la situación que a todas luces le parecía sin sentido. Una vez enterada del adormecimiento y la envidia de la serpiente, se limitó a sonreír y volar más alto y rápido aún, con lo que la serpiente se quedó con ganas de ese bocado tan luminoso que demostró estar fuera de su alcance.
En un guiño final de su luz, el bichito alado le gritó a la serpiente, muy encima de ella: -“Es hora de que aprendas a brillar tu misma de un modo tan hermoso que aún nosotras las luciérnagas, observemos con admiración, tu gran resplandor” Hay muchas personas que no soportan ver brillar a otras, envidian su vida, sus logros, su familia y hasta su sonrisa! Si alguna persona así nos tocase en la vida, nunca dejemos de brillar, nunca dejemos de seguir siendo nosotros mismos, de seguir haciendo y dando lo mejor de nosotros, hasta que esas personas comprendan que no pueden hacernos nada malo y que nuestra luz siempre seguirá intacta, y a lo mejor entonces, ellas comienzan a tratar de brillar por si mismas también. Anónimo
Jesús Miravalles Gil
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