8 de agosto de 2014
CUENTOS QUE VALEN LA PENA LEER
PIENSA BIEN ANTES DE HABLAR
Un chico de 24 años viendo a través de la ventana del autobús gritó:
- “¡Papá, mira los árboles como van corriendo
detrás!”
El Papá sonrió y una pareja de jóvenes sentados cerca, miro al joven de 24 años con conducta infantil y murmuraron que ya era mayor como para andar diciendo eso de pronto, otra vez exclamó:
- “¡Papá, mira las nubes están corriendo con nosotros!”
La pareja no pudo resistirse y le dijo al padre:
- “¿Por qué no llevas a tu hijo a un buen médico?” El padre sonrió y dijo:
“Ya lo hice y apenas estamos viniendo del hospital, mi hijo era ciego de nacimiento, y hoy por primera vez puede ver”…
La pareja de jóvenes quisieron tragarse lo que habían dicho… Cada persona en el planeta tiene una historia. No juzgues a la gente antes de que realmente los conozcas. La verdad puede sorprenderte…. Las personas a veces son tan estúpidas, que no miden lo que hacen, sin darse cuenta que pueden lastimar a otras personas. Anónimo
EL PERRO HERIDO
Se cuenta la historia de un pequeño perro que fue golpeado por un automóvil y echado a un lado de la carretera. Un médico, que justo estaba conduciendo por allí, notó que el perro aún vivía, así que detuvo su automóvil, recogió al perro y lo llevó a casa con él.
Descubrió que el perro había sufrido unas cortaduras y golpes de menor importancia. Reviviendo al perro, el médico limpió sus heridas, luego lo cargó hasta el garaje, donde tenía la intención de proveerle albergue temporal.
Sin embargo, el perro se soltó de sus brazos, brincó al suelo y salió corriendo. ¡Que perro más ingrato! -dijo el doctor para sí.
Le causaba alegría que el perro se recuperara tan rápido, pero estaba un poco molesto de que el animal mostrara tan poco aprecio por su suave y experto cuidado.
No pensó más sobre el incidente hasta la noche siguiente, cuando escuchó unos arañazos en su puerta delantera. Al abrir la puerta, encontró al pequeño perro que había cuidado. ¡A su lado había otro perro herido! Anónimo
UN VASO DE LECHE
Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios universitarios, encontró que sólo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre.
Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.
El lo bebió despacio, y entonces le preguntó:
-¿Cuánto le debo?-
-No me debes nada- contestó ella. -Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad-.
El le dijo… - ¡Entonces, te lo agradezco de todo corazón…!-
Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió más fuerte, si no que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte. El había estado listo a rendirse y dejar todo.
Años después esa mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban confundidos. Finalmente le enviaron a la gran ciudad. Llamaron al Dr. Howard Kelly para consultarle. Cuando éste oyó el nombre del pueblo de donde venía la paciente, una extraña luz llenó sus ojos.
Inmediatamente el Dr. Kelly subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con su bata de doctor entró a verla. La reconoció enseguida. Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo mejor posible para salvar su vida. Desde ese día el prestó, la mejor atención a este caso. ¡Después de una larga lucha, ella ganó la batalla..! ¡Estaba totalmente recuperada..!
Como ya la paciente estaba sana y salva, el Dr. Kelly pidió a la oficina de administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla. El la revisó y firmó. Además escribió algo en el borde de la factura y la envió al cuarto de la paciente.
La cuenta llegó al cuarto de la paciente, pero ella temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto de su vida para poder pagar todos los gastos. Finalmente la abrió, y algo llamó su atención: En el borde de la factura leyó estas palabras…
“Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche”
(Firmado) Dr. Howard Kelly
PANTALONES MOJADOS
El niño de 8 años entró en el salón de clase para hacer su examenfinal. El se encontraba muy nervioso acerca de tal examen, su angustia creció tanto que sin poderse controlar se orinó en sus pantalones.
Miró hacia abajo y vio como gotas caían suavemente al piso. Para su sorpresa cuando levanta su vista y ve a su profesora nota que ella lo llama a su escritorio. ¿Cómo podría moverse sin dejar al descubierto su situación? La profesora al notar que el niño esta como paralizado y no va hacia ella, lentamente se viene al pupitre del niño.
Oh, no! Piensa él. ¿Qué voy hacer? Ahora seré avergonzado y mis compañeros se reirán de mi.
En ese momento una niña, compañera de clases, viene hacia él con una pecera y al pasar frente a él se tropieza y derrama el agua de la pecera sobre la ropa de él, mojándole totalmente…
La Maestra apresuradamente toma al niño y lo lleva al baño para ayudarlo a secarse su ropa, mientras el internamente decía: Gracias Dios! Gracias Dios! Que gran regalo me diste!
Para ocultar aún mas lo que vivió, al regresar al salón de clases, miró a la niña y le grito:
- “¿No sabes por donde caminas?”
En el tiempo de receso ningún compañerito se quiso acercar a esta niña y ella estaba sola. Todos la miraban con menosprecio por haber mojado al compañero.
Cuando terminó la clase, la niña iba caminando solita hacia su casa, ya que ninguno quiso estar con ella y el niño se acercó y le pregunto:
- Realmente te tropezaste? Fue un accidente?
Y ella lo miró y le dijo:
- No, yo vi lo que te paso, vi que te orinaste y la profesora venia a ti, por eso corrí y tome la pecera para hacer que me tropezaba porque no quería que fueras avergonzado en clase.
Ahora el niño estaba más paralizado de lo que se sintió en el salón…
Cuantas veces han derramado la pecera sobre nosotros para protejernos? Cuantas veces se ha creado una situación que no hemos entendido en el momento, pero luego entendemos que solo fue para beneficiarnos?
Conservemos la calma ante las situaciones que se nos presenten, siempre llegará una solución, aunque a primera vista no la reconozcamos.
enviado gentilmente por Gigi.
Jesús Miravalles Gil Os dejo con esta hermosa canción
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