BLOG DEDICADO A LAS MENTES MAS DESPIERTAS E INCONFORMISTAS Y QUE OS AYUDARA A DESPERTAR...



20 de octubre de 2014

TÉCNICAS DE MANIPULACIÓN DE MASAS QUE NO DEBES OLVIDAR

Todos somos conscientes de ello: la población está siendo manipulada.
Vivimos inmersos en una constante guerra psicológica a gran escala, en la que la mayoría de la población es conducida como un rebaño camino del matadero, bajo la susurrante e hipnótica cantarela de los medios de comunicación y las paternales proclamas y los lemas anestesiantes de la clase política dirigente.
Uno de los primeros pasos que debemos dar para liberarnos de este yugo es tomar plena conciencia de cuáles son las técnicas de manipulación empleadas sobre nosotros y una vez las conozcamos, observar los hechos bajo la nueva lente que nos ofrezca ese conocimiento, con el fin de detectar las futuras maniobras de aquellos que nos consideran una masa informe y descerebrada.
Hay muchas técnicas de manipulación, pero en este artículo nos centraremos en dos que están basadas en la gestión de la amenaza.
Las podríamos llamar: La Ley de la Amenaza Incumplida y La Ley de la Amenaza Exagerada.

LA LEY DE LA AMENAZA INCUMPLIDA

Últimamente nos hemos visto azotados por las terribles escenas de decapitaciones de los rehenes del Estado Islámico.
Invariablemente, una y otra vez, se repite la misma escena: los rehenes hablan a cámara con toda tranquilidad y permiten, sumisamente, que su captor les ponga el cuchillo en el cuello, sin oponer resistencia ni mostrar el más mínimo atisbo de terror ante lo que les está a punto de suceder.
Duele decirlo de forma tan cruda, pero todos se han comportado hasta el momento como corderos a punto de ser degollados.
 Y eso ha llevado a que mucha gente se pregunte: ¿por qué estas personas se muestran tan tranquilas si están a punto de ser decapitadas?
La posible respuesta parecen tenerla personas como el periodista francés Didier Francois, que permaneció capturado durante 10 meses por el Ejército Islámico, antes de ser liberado.(link)
Según Francois, los captores someten a los rehenes a numerosas ejecuciones simuladas.
Es decir, cada rehén, agotado, aislado, maltratado y humillado por sus captores, es regularmente arrancado de su celda y se ve sometido al mismo ritual de la decapitación, una y otra vez, hasta que se acostumbra a ello como si se trate de una rutina.
Podemos imaginar que las primeras veces los rehenes deben chillar de terror y deben tratar de luchar y liberarse ante el destino inminente que creen que les espera. Pero cada vez que se ven sometidos a esta escena, la ejecución que tanto temen se limita a una simple escenificación teatral, tras la cual son devueltos a sus celdas, sanos y salvos.
De esta manera, los rehenes se acostumbran a vivir la misma situación, una y otra vez, y dados los precedentes y la repetición de la liturgia que experimentan rutinariamente, llega un momento en que al ser sacados de sus celdas ya no muestran miedo ni oposición, pues acaban creyendo que todo terminará como las veces anteriores.
Una vez conseguida esta actitud sumisa en los prisioneros y una vez se muestran dóciles y agotados, llega el momento en el que los captores, ahora sí, pueden decapitarlos ante las cámaras con toda tranquilidad y sin ningún tipo de oposición.
Es, sin lugar a dudas, una técnica de manipulación psicológica espantosa y retorcida.
Ahora bien: ¿puede aplicársele una técnica similar a toda una población?
Hay ciertos indicios de que podríamos estar experimentando algo parecido a gran escala.
Imaginemos que regularmente somos advertidos de la llegada de algún tipo de acontecimiento apocalíptico: un gran colapso económico, una gran epidemia, el estallido de una gran guerra, etc…
En este caso, los rehenes amenazados de muerte somos nosotros, la población, y cuando somos advertidos del peligro que se cierne sobre nosotros, todo parece encajar: multitud de pistas y la propia realidad que nos rodea nos indican que ese acontecimiento apocalíptico va a producirse, de la misma manera que al rehén, que se ve con el cuchillo en el cuello, todo le indica que está a punto de ser ejecutado.
Y cuando creemos que llega el momento y que el cielo se nos caerá encima…no sucede absolutamente nada.
Una y otra vez, de forma invariable, tras cada advertencia de cataclismo, la situación sigue siendo estable y la rutina continúa, como todos los días.
Si esto fuera realmente así y se estuviera aplicando esta técnica de manipulación psicológica sobre la población, llegaría un día en el que todos seríamos advertidos de la llegada de un gran cataclismo y unánimemente responderíamos con expresión cansina: “Bah, ni caso: es la típica advertencia apocalíptica que solo busca provocar miedo. Ya lo hemos vivido muchas veces y nunca sucede nada” y seguiríamos con nuestra rutina diaria sin prestar atención a los indicios que nos rodearan, por inquietantes que éstos fueran.
Al ofrecer este tipo de respuesta, estaríamos en la misma situación que los rehenes habituados a las simulaciones de ejecución y podríamos ser sacrificados en masa sin ofrecer la más mínima resistencia, de la misma manera que son decapitados los rehenes del Estado Islámico.
¿Realmente es descabellado sospechar que estamos siendo sometidos a esta técnica de manipulación mental.
                                         más información en gazzetta del apocalipsis
Jesús Miravalles Gil
                                     

2 comentarios:

  1. El mayor enemigo del hombre es el miedo, a travez del miedo nos están manipulando aunque la ignorancia juega también un papel fundamental.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Dicen que al miedo hay que asustarlo.El ser humano (en general) está atrapado en una red de mente La Matrix, ego y dinero que le impide ver más allá del "yo" al que se aferra.
    Saludos

    ResponderEliminar