25 de febrero de 2015

EL BARCO EN LA BOTELLA (cuento koan)

                                                CUENTO: EL BARCO EN LA BOTELLA
Había una vez un barco que vivía dentro de una botella. Aquel barco era feliz, porque creía que, en aquella botella, estaba encerrado el mundo.
El barco era hermoso y una hermosa escena estaba representada en el interior de la botella. Por eso, el dueño del barco en la botella se encariñó con él. Y terminó por hacerse coleccionista de barcos en botella.
Recorrió tiendas y almacenes, mercados y mercadillos. Y compró todos los barcos que pudo encontrar. Y, cuando los tuvo a todos colocados en una repisa, nuestro barco se dio cuenta de que no todo el mundo se reducía al interior de su botella. Había otros mundos, muchos, encerrados en otras muchas botellas. Y esto le llenó de preocupación.
Después descubrió que todo aquel mundo suyo era artificial: las olas eran de papel, las casas de corcho, las nubes de algodón. Y se lo dijo a los otros barcos. Y todos comprendieron que eran mundos encerrados en botellas.
 Por eso aquel día, los barcos se decidieron a empujar con todas sus fuerzas con la proa, con la popa, con los mástiles afilados, hasta que los cristales de todas las botellas saltaron por los aires en pedazos. Entonces, todos los barcos comenzaron un lento camino entre los desagües, por las alcantarillas, por los ríos, hasta llegar al mar. Allí los barcos se llenaron de alegría, allí todo era de verdad, las olas, el muelle, el puerto, los barcos… El mundo entero era de verdad. Había redes, peces, camisas de marineros llenas de salitre, manos trabajadoras que reparaban y preparaban nuevas cosas.
Allí los barcos sabían qué era cada casa y qué era cada uno. Y sabía que todos formaban un solo mundo.
Y, a partir de aquel momento en que vieron la realidad y aprendieron qué era cada uno y para qué servía cada cosa, pudieron comenzar una nueva vida, sincera y libre.
                                              enlace: cuentame un cuento

REFLEXIÓN: (ENTENDIENDO LA REALIDAD HOLOGRAFÍCA) 
Expandir la conciencia – conectar con nuestro Yo Superior – salir de la botella
Lo único que no está limitado por las paredes de la matrix y la realidad holográfica es nuestra conciencia. La realidad en la que vivimos, al ser maleable e ilusoria, obedece también a la construcción personal que cada uno hagamos de ella, de forma que todos podemos modificar a voluntad la película de nuestra vida y los escenarios en los que nos movemos, ya que, desde nuestra conciencia, se puede controlar y manipular la energía en forma de patrones numéricos y líneas que la forman.
Excepto la conciencia y esencia del ser que somos, todo lo demás sigue las reglas de la realidad subjetiva que no sabemos cambiar o manipular (pero que otros si saben, para bien o para mal, de lo contrario tampoco podríamos recibir ayuda externa de aquellos que nos guían, orientan y apoyan).
Cuando nos identificamos con la parte “orgánica” de los que somos (cuerpo y mente), estamos sujetos a las reglas de la matrix. Nuestra programación mental, nuestros personajes y Yo’s, nuestro sistema de creencias, patrones de comportamiento, limitaciones, etc.,, todo eso sigue estando marcado por los limites de la botella de cristal, pues, de momento, aun no llegamos a traspasar este limite en prácticamente ningún caso. Esto nos lleva a que, creamos lo que creamos, sigamos la ideología, creencia, religión o sistema científico que nos ayude a comprender el sentido a existir en el barco, todo sigue siendo simplemente una opción ya programada dentro de la realidad proyectada, y se trata simplemente de escoger una de las opciones del menú, diseñado y confeccionado por otros, y puesto a disposición del consumidor en mil formas diferentes, pero todas dentro de la misma carta en un único restaurante.
Así, la forma de desconectarse de la realidad proyectada es enchufarse a la parte nuestra que se encuentra fuera de la botella, y que mandó, en su momento, una parte de si a experimentar una realidad tan peculiar, y de paso, a ver si podía hacer algo desde dentro, tratando de que esa parte no se olvidara de que todo era una proyección y que lo real estaba fuera de los limites de las pantallas que no se ven. Por eso siempre nos dicen los que, desde fuera, intentan hacernos comprender la situación en la que vivimos, que para ver las cosas como son de verdad hay que hacer esfuerzos (titánicos, diría yo) para desprogramarnos y enchufarnos a nuestro Ser/Yo Superior y conectar con “él”, hasta que ello nos haga expandir nuestra conciencia, tanto que supere los limites de la barrera energética, la malla de control y el cristal que nos encierra.
                                                                    enlce: David topí
Jesús Miravalles Gil
                                            

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