4 de enero de 2016

EL ESCAPARATE

Recuerdo cuando era adolescente los dueños que regentaban  un establecimiento de juguetes en mi pueblo (Roa) y amigos de mis padres, en época de Navidades me dijeron si podía echarles una mano en la tienda durante unos días, mi respuesta fue que si, que yo encantado de poderles ayudar, y así fue.
Aquellas Navidades se convirtieron en algo fantástico e inolvidable para mi, estar rodeado de juguetes era todo un sueño estuve hasta después de Reyes y fue una experiencia que recuerdo con mucho cariño.
Los dueños se portaron muy bien conmigo cuando termine  me dijeron que estaban muy contentos  y que eligiera los regalos que quisiera.
Yo sin ánimo de abusar recuerdo que elegí un tren eléctrico de aquellos que había que montar las vías, y dos pistolas de chiscantes con las que disfruté mucho, eso fue todo.
La tienda era grande tenia un escaparate muy amplio donde había expuestos toda clase de juguetes
recuerdo como los niños/as se acercaban a verlos con ojos de alegría y satisfacción dejándose los mocos contra el cristal del escaparate. Que podría hacer sino un niño viendo todo aquello.

Jesús Miravalles Gil
                                       

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