Cuando abrimos los ojos cada mañana, creemos que estamos viendo a través de nuestros ojos un mundo que existe objetivamente, como si se mirara a través de ventanas ópticas y se vieran las cosas reales de “allá fuera”.
El problema con esta idea es que es completamente falsa. Los ojos no son ventanas desde las cuales un perceptor interno ve. Los ojos son meros receptores pasivos de fotones. El cerebro/mente recibe señales electroquímicas a través de los nervios ópticos y “construye” imágenes en tercera dimensión a partir de su mejor estimación de lo que está “allá fuera”. Esto está bien demostrado por la neurociencia.
Así que lo que “vemos” cuando abrimos nuestros ojos, son las imágenes generadas y construidas por nuestro cerebro/mente. Cuando soñamos despiertos o por la noche también vemos imágenes en tercera dimensión producidas por la mente. Por lo tanto, todo el día y toda la noche lo único que “vemos” siempre son imágenes producidas por la mente. Nunca vemos a otras personas o cosas reales objetivas. Eso no es posible.
La mente entonces evalúa y analiza esas imágenes y arma historias acerca de esas imágenes. Así que nuestras relaciones con los demás y con las cosas son en realidad sólo las relaciones que hay entre nuestras imágenes interiores, que incluyen nuestra imagen interna o imagen del yo como la historia de la imagen central.
Así que en realidad, nuestra vida sólo se desarrolla en nuestra cabeza como una experiencia de imágenes creadas por la mente y los pensamientos acerca de esas imágenes.
Para completar nuestra nueva y más precisa visión de la experiencia, es necesario entender que los otros cuatro sentidos: oído, tacto, olfato y gusto, son también sólo conocidos y experimentados mucho después de que los contactos sensoriales aparecen por primera vez. Así que en realidad nunca escuchamos, sentimos, olemos o saboreamos nada o a nadie objetivamente. Sólo escuchamos, sentimos, olemos y saboreamos aproximaciones construidas por la mente. El aroma de una rosa es un “olor” generado por el cerebro.
El cerebro/mente, en cada caso, tiene que recibir y procesar las señales electroquímicas del nervio estimulado para poder construir su bien definido momento de lo que cree que acaba de ocurrirle al organismo. A continuación, mezcla todos los estímulos sensoriales en un único momento generado o construido de experiencia sensorial o película. Todas las experiencias son construcciones mentales, ya sea como sueños o percepciones durante el día. No hay otra opción, al menos ninguna que tenga algún sentido lógico o científico.
Del mismo modo la mente genera y construye el sentido de “mí” como un yo que observa las películas e imágenes interiores. Esto se sabe de los estudios que se les han practicado a pacientes con Alzheimer que gradualmente pierden todo sentido de auto-identificación ya que el cerebro deja de ser capaz de generar y construir la historia de un “yo” en forma coherente. Esto no es tan malo, ya que la identidad “yo” nunca fue real de todos modos.
Así que repitamos esto: todas las experiencias, incluyendo el yo personal, gente, relaciones y acontecimientos son siempre sólo construcciones mentales.
La mente resume que hay gente real como mentalmente se construye y concibe, “allá fuera”, pero jamás ha conocido a ninguna, ni tampoco ha experimentado ningún objeto o acontecimiento objetivo. Pero entonces debemos preguntarnos: “¿Qué hay realmente allá fuera?”
Lo que hay es un campo de información (sabiduría) único, inmenso e infinito en forma de diversos campos cuánticos (la luz de la conciencia universal); siendo sobre todo el campo electromagnético y otros varios campos de energía que en realidad no tienen ninguna realidad sustancial en sí mismos hasta que son medidos u observados. Incluso entonces, ¡lo único que queda son las mediciones, descripciones y observaciones sin el material objetivo subyacente que ha sido descrito!
Así que vamos a resumir: TODAS nuestras experiencias a lo largo de las 24 horas del día son sólo construcciones mentales. Nuestras relaciones con nuestro mundo son en realidad nuestras colecciones de imágenes mentalmente construidas o películas que caracterizan al “yo” en relación con nuestras imágenes mentalmente construidas acerca de qué o quién el cerebro/mente estima que está “allá fuera”; pero nada de eso ha tenido nunca contacto directo con nuestra conciencia.
Es a través de los esfuerzos de querer comprender, apropiarse o rechazar nuestras imágenes mentalmente construidas que sufrimos. Pero, ¿“quién” sufre, si el yo es sólo una colección de películas e imágenes acerca de un “mi” conceptualmente construido?
Cuando la gente que conocemos “muere”, no sabemos muy bien lo que les sucedió “allá fuera” a ellos, espiritualmente o en cualquier otro sentido. Todo lo que conocemos son las nuevas imágenes de ellos dejando de aparecer. Parece tan triste el hecho de que nunca llegamos a conocerlos directamente, sino que sólo conocíamos nuestras películas e imágenes mentalmente construidas acerca de ellos.
Además de nuestras imágenes mentales, películas y pensamiento-historias acerca de ellos; ¿quiénes eran (ellos) realmente?
Además de tus imágenes mentales, películas y pensamiento-historias; ¿quién eres tú realmente?
Además de nuestras imágenes mentales, películas y pensamiento-historias acerca de lo que hay “allá fuera”; ¿qué hay realmente “allá fuera”?
Si mientras reflexionas sobre las tres preguntas que acabamos de plantear, tu mente se queda en “blanco” mientras permanece claramente consciente; descansa allí… ¡Es lo más cerca a lo que podemos llegar!
-Nic Higham presencia consciente
Jesús Miravalles Gil
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