25 de octubre de 2011

LA SABIDURIA DE LOS KOAN ZEN

¿Qué es un Koan Zen?. Un koan es un problema que el maestro plantea a sus alumnos para comprobar sus progresos, los koan son problemas, ilógicos las preguntas son absurdas y banales, para resolverlo el novicio debe desligarse del pensamiento racional y aumentar su nivel de conciencia para adivinar lo que en realidad le está preguntando el maestro.
Para resolver un koan necesitas pensar, pero de una manera distinta, no tiene una resolición lógica, esto no significa que no tenga solución, tienes que utilizar mucho la atención, la intuición, la iluminación repentina, los sentimientos incluso.
Si has leído alguna vez algo sobre los Koan Zen habrás comprendido que el método más sencillo para comprender y captar la realidad es estar atento, fomentar la atención.
No es lo mismo mirar que ver. Podemos mirar todas las cosas que tenemos delante pero eso no significa que las veamos todas. Quien quiere ver la realidad de las cosas eso es lo que ve. Quien quiere ver lo que desea eso es lo que ve pero no la realidad.
Para poder ver la realidad hay que estar atento y querer verla. Si estas lo suficientemente atento la dualidad se desvela por si misma y entonces puedes trascenderla, comprender su esencia y por lo tanto, comprender la realidad.
Un iluminado, en el sentido positivo de la palabra, es aquel que, gracias a su luz, ve la realidad. No ve sombras, no ve reflejos, no ve fantasmas, no ve deseos.Ve la realidad tal y como es, sin proyectar su mente, sus miedos o sus deseos ; porque todas estas cosas, emociones y pensamientos continuamente tiñen la realidad y la disfrazan.
El proceso de ver la realidad exige desarrollar la auto conciencia. Hay que ser consciente de todo, de lo que dices, de lo que haces, de lo que dicen, de lo que hacen. Hay que querer ver la realidad de las cosas. Desarrollar la atención no es sólo tener los ojos muy abiertos. No es sólo mirar muy atentamente para no perderse ningún detalle,puede que queriendo ver todos los detalles no veas la esencia, puede que queriendo ver la esencia no veas los detalles.
Para poder verlo todo tienes que ver lo que se ve y también lo que no se ve; es decir lo que está oculto, lo que hay tras las apariencias. Para poder verlo todo tenéis que tener siempre los ojos bien abiertos eso está claro, pero hay que aprender a mirar de dos formas, enfocando nuestra atención en los detalles y desenfocando para ver la luz que forja los detalles, entonces es cuando se ve la realidad al completo.
Os dejo con cuatro koan que más me gustan.
1º LA MENTE SE ESTÁ MOVIENDO
Dos monjes estaban discutiendo acerca de una bandera. Uno dijo: La bandera se está moviendo. El otro dijo: El viento se está moviendo. Sucedió que el sexto patriarca, Zenón, pasaba justamente por ahí. El les dijo: Ni el viento, ni la bandera; la mente se está moviendo.
2º¿CUÁNDO UNA ESPADA NO TE CORTA? Respuesta:"Cuándo eres tú la espada"
3º BASHÓ dijo a los monjes reunidos: Si tienen un bastón, les daré uno. Si no tienen un bastón, se los quitaré.
4º "Cuándo pienso en mi mismo ¿ En que pienso?"

Muchas gracias por vuestro tiempo

Jesús Miravalles Gil
                                   

17 comentarios:

  1. para mi el rabo es el miedo a creer en uno mismo, en reconocer que has sido capaz de salir.

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  2. Hola, Edu la respuesta que me das no corresponde a este Koan, si no al Koan. El búfalo y la ventana enrejada. De todos modos te agradezco tu aportación.
    Saludos Edu

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  3. Gracias por tu exelente explicacion del koan, saludos.

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  4. Respuestas
    1. Porque Crees que existe alguien a quien mostrárle algo que no sea a ti mismo.?

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  5. No tienes que demostrar nada Unknown, ya eres la espada solo tienes que ser consciente y encontrar tu rostro original.
    Saludos:

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  6. cuando pienso en mí mismo soy pensamiento

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  7. Así es Javier cuando diriges tu atención a tu interior te lleva a tu presencia consciente, a tu verdadero rostro original.
    Saludos:

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  8. Así es Javier cuando diriges tu atención a tu interior te lleva a tu presencia consciente, a tu verdadero rostro original.
    Saludos:

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  9. ¿Creen en lo que dicen? ¿acaso, al creer, no están forzando la mente, condicionándola? Si creen, ya no hay más qué decir.

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  10. ¿La originalidad del conocimiento, es transferible ?


    Tenemos puntos de vista distinto sobre una misma cosa.
    Digamos lo que digamos, decimos otra cosa que lo que
    queremos decir.

    Entendemos cosas distintas de lo que escuchamos.
    Nada se conoce en su totalidad.

    Por eso es que nos comunicamos con aquellos que tampoco
    aprehendieron la totalidad.

    Si alguien la conociera, ¿estaría el otro para entenderla?

    Las palabras no son las cosas que se nombran.

    Algo sabe el que sabe que no sabe.

    Reconocer la ignorancia, es ya un gran conocimiento.

    Así, como no saber que no se sabe, es una ignorancia que no permite aprender ni enseñar.

    El conocer, es intuitivo, creativo y absolutamente subjetivo.

    El acto en que se revela lo incognoscible, es íntimo, intransferible.

    Cada uno debe aprender. Nadie pretenda enseñar; apenas señalar.


    Aristóteles decía: “enseñar no es una función vital;
    La función vital es aprender.”

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    1. “KOANS”

      I
      ¿Por qué el río está tan lejos
      que las almas se encuentran
      navegando en el vacío?

      II

      ¿Qué río duele más
      que el que corre
      por este valle de lágrimas?

      III

      ¿Qué ausencia es más ancha
      que nuestra propia ignorancia?

      IV

      ¿Hay profundos sentimientos
      que se guardan muy adentro
      sin que lleguen nunca al fondo?

      V

      ¿Qué cielo es más alto
      que un bello pensamiento?

      VI
      Los ríos son las venas
      del planeta.
      En sus cauces viven
      los peces que no llegaron
      a ser hombres.
      En sus aguas mueren los hombres
      que no llegaron a ser peces.

      VII

      El Cielo azul es
      Gris
      Verde
      Amarillo
      Rosa
      Naranja
      Rojo
      Violeta
      El cielo es lo que es
      y no se puede describir






      VIII

      Uno se come al otro.
      El otro lo come a uno.

      IX

      No hay diferencia.
      El hambre y la muerte
      son igualitarios.

      X

      Cuando se es igual
      no hay diferencias.
      Al descubrir este principio
      se acepta la primera ley:
      Comer para ser comido.

      XI


      Ser y no ser.
      Primero se es
      luego no se es
      pero antes no se ha sido

      XII

      Sólo cuando se es
      se piensa que se es.

      XIII

      O primero se es
      luego descubres
      que estás siendo.

      XIV

      Si no descubres ni lo uno ni lo otro
      estás fuera de la ley.

      XV

      Primero existo,
      luego pienso.
      Y cuando pienso:
      existo







      XVI

      Antes no era,
      Soy lo que no fui
      más lo que ahora soy.

      XVII

      Para ser, como.
      Para ser comido
      cuando ya no coma.

      XVIII

      Ser, si como,
      si no como,
      no ser.

      XIX

      Una balanza muy sensible
      pesa la muerte y la vida.

      XX

      Si la vida es pesada
      hay que dejarse llevar.

      XXI

      A la muerte hay que llevarla
      para que ella no nos lleve.

      XXII

      La ignorancia se carga
      en el vagón de la esperanza.

      XXIII

      La esperanza es la puerta
      para cerrar la verdad
      que es: Comer y ser comido.

      XXIV
      Si es la primera verdad,
      es la verdad.

      TAO / 19-08-03

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  11. No se trata de creer o no creer, tú eres el Koan eres el problema y a la vez eres la solución.
    Gracias por tu aportación Tao.
    Saludos:

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    1. RESONANCIAS IV

      SEGÚN DICEN LOS SABIOS

      . . .la densidad del universo, debe estar regulada (desde el Big-Bang), con una precisión del orden de 10 dividido por la fracción de 1 seguido de-60ceros : ( 10 dividido por el número que contiene 60 ceros).
      Con sólo la diferencia de una mínima fracción, el universo habría sido estéril. No habría vida ni conciencia, ni tú ni yo para debatirlo . . .*
      *El infinito en la palma de la mano: RICARD Y THUAN – (Urano)

      Corrían los años trágicos de mil novecientos cuarenta y tres; la humanidad
      se jugaba la existencia.
      En La Tercera Guerra Mundial, ríos de almas abandonaban este lugar sin ir a ninguna parte, empujadas por las balas o silenciadas por los gases.
      Pero nunca abandonaban porque sí nomás. Huían y regresaban a pelear; sobrevivían, perdían, ganaban, querían vivir, morían.
      Morir de hambre se moría a cada rato. Y a cada instante se moría definitivamente.

      Con mis once años de vida quería pensar, (no entendía cómo lo hacían los que sí sabían.)
      Y allí estaba, París tomada. Y el sentimiento de venganza corría como una inundación por las calles y desembocaba en las tumbas a cielo abierto, calcinado bajo el sol o quebrado por el frío.
      En esos tiempos los gusanos prevalecían. Eran los mejor alimentados.

      Yo era niño, te dije, y sólo sabía que la muerte inodora existía en el cine.
      Donde en un rato alguien caminaba y en otro se moría para siempre, para reaparecer en una próxima película.
      Me preguntaba cómo modificar la película, cambiar la historia, y corría hasta aquella piedra y la pateaba como si fuera una palanca para torcer el destino del mundo.

      Pasó el tiempo y es seguro que la suerte acompañó a la humanidad, porque habría dado justo en la piedra que era el ombligo de la locura. Y la guerra terminó.
      La guerra terminó porque las piedras que pateé fueron a caer en Nagasaki, en Hiroshima y la infamia infinita pareció terminar. Según decían en las películas.

      Pero todo fue distinto cuando crecí. Me ocupaba de otros temas, como salvar la tierra, el planeta, la Gaia Hembra, y dejé de creer en la palanca y el ombligo. Y no se me da hoy por patear las piedras.
      Y aquella misma guerra se repitió una, dos, tres veces más y aun estamos en ella.

      Después de tanto tiempo, si hoy quisiéramos salvarnos, ¿tendríamos que patear las piedras y esperar que los hilos de la buena fortuna se aten con la esperanza de ganarle al destino que la humanidad sigue tejiendo para sí misma? ¿Podremos dar un tirón breve y salir del camino de las sombras y la inútil falta de amor e inteligencia que aún hoy nos asombra?
      Nos tendríamos que reconstruir uno a uno como personas.

      Jamás podremos construir un Todo, si no hacemos el esfuerzo para cambiar la unidad solitaria que nos imaginamos ser. El ladrillo tiene que estar sano y bien templado para que el edificio sea fuerte y dure para siempre.

      TAO -11/11/01

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  12. Cuando decidimos ir a un ciudad podemos elegir muchos caminos para llegar a nuestro destino unos serán más largos y otros más cortos pero al final todos nos llevarán a la ciudad que hayamos elegido.
    Lo único que cambia es el paisaje.
    Al hilo de tu comentario el que sabe no habla, el que habla no sabe.
    Hay tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
    Todos/as somos ignorantes Tao, lo único que pasa es que no todos/as ignoramos las mismas cosas.
    Esta vida es una gran escuela a la que todos/as venimos aprender.
    Muchas gracias TAO.

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