Esa marca España que tanto preocupaba al gobierno y que justificaba el viaje de Rajoy y del rey a Nueva York; esa con la que pretenden que seamos vistos como un país serio, responsable, que hace lo que tiene que hacer y cumple sus deberes. Creíamos que hablaban de otra cosa, pero no: la nueva marca España es la represión de la protesta, como demostración de que el gobierno llegará hasta el final al precio que sea, que no le temblará el pulso cuando los recortes y contrarreformas venideros multipliquen la contestación ciudadana.
La nueva marca España recuerda demasiado a la vieja marca España que creíamos superada. El trabajo previo de calentamiento de la delegada del Gobierno –que por supuesto no podía levantarse hoy sin proclamar “ya lo decía yo”-; la desproporcionada presencia policial; la actitud agresiva que mostraron desde primera hora –con el casco puesto y en formación de carga desde las seis de la tarde-; y sobre todo la brutalidad con que golpearon a los manifestantes, parecen sacadas de aquella otra marca España de color gris.
La nueva marca España tuvo ayer su cuarto de hora de fama mundial: portada de toda la prensa, emisión en directo en televisiones internacionales, mención de la presidenta argentina en la ONU, trending topic en el twitter planetario. Mensaje recibido, dirán los mercados: España es un país serio, y el dolor de sus ciudadanos es la prueba infalible de que hace sus deberes. Mensaje recibido, debemos decir también los ciudadanos: su miedo es mayor que el nuestro.
Fuente: El diario.es
HORUS
En este video se ve a policia infiltrado entre los manifestantes
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