El autoconocimiento, tanto a nivel emocional, como espiritual, es uno de los mayores retos que puede tener el ser humano. Si no logras conocerte a ti mismo; conocer tu verdadera esencia, ser consciente de tus puntos fuertes y debilidades, conocer tus estados de ánimo y su repercusión en tus comportamientos, es prácticamente imposible actuar con ecuanimidad ante las situaciones que acontezcan a diario, y te verás sobrepasado por muchas de ellas, entregando un poder que es tuyo por naturaleza, a algo que podemos llamar azar.
Si bien en el plano emocional, lo más importante es conocer como nos afecta una u otra situación o relación interpersonal, espiritualmente, anhelamos conocer verdades y respuestas más profundas. ¿Quien Soy? ¿De dónde Vengo?, etc…
No encontraremos las respuestas correctas en nuestros pensamientos, debemos preguntar y sentir las respuestas en nuestro corazón.
Cada experiencia en la vida, cada cosa que nos sucede es un evento que nos permite conocernos a nosotros mismos, ahí está la oportunidad de encontrar la sabiduría encerrada en cada vivencia. No aprenderemos la lección juzgando ese momento como bueno o malo, sino dejándonos llevar, fluyendo en ese instante irrepetible, aceptándolo, de este modo nuestra mente y su continuo pensar no se interpondrá entre la experiencia y el conocimiento de la misma.
Se trata de escuchar a nuestro ser interior, a nuestro cuerpo, a prestar más atención a lo de dentro que a lo fuera, de sentirlo, de conectar con lo que somos. Ahí dentro el conocimiento se transmuta en sabiduría. Esta misma sabiduría que permite conocernos a nosotros mismos, es la que hace posible que conozcamos a nuestros semejantes y a todo lo que existe en el universo. Esta sabiduría es consciencia, pero consciencia que es consciente de sí misma.
Algunas de estas prácticas, pueden ayudaros a conoceros a vosotros mismos:
Aprende a calmar tu mente, a serenarla, en ese estado sus respuestas son sinceras, y ciertas, porque aunque ella te las da, vienen de más adentro.
Tus emociones y sensaciones, son el reflejo de la mente en el cuerpo, si aprendes también a observarlas sin dejarte arrastrar por ellas, te ayudaran a saber más de ti.
Cuando aparezca un pensamiento que es nuevo, fresco, no repetitivo, no sea una reacción, lo que lo ha generado es tu verdadero YO, escúchalo
No existe el azar, creer que las cosas suceden por buena o mala suerte, es negarte a tomar la responsabilidad de pasar a la acción y de hacer, lo que tienes que hacer. Si te descubres haciendo esto, puedes aprender mucho de ello, pregúntate por que puedes estar haciéndolo, y responde con el corazón.
Disfruta el silencio, es pura sabiduría, es la biblioteca en la que están todos los libros del conocimiento interior.
Observa, sobre todo la naturaleza, fíjate con atención, deja que la belleza de lo que te rodea te atrape, te deje boquiabierto, y te muestre cuanta magia pura y sabiduría esconde, y como en el fondo tú, ya sabes todo eso.
Medita, no nos cansaremos de decírtelo, no importa de qué forma, meditar es también observar un pájaro en tu balcón, o sentir un rayo de sol sobre tu cara, es estar absorto en este instante, el presente.
Yo ya sé lo que eres, lo importante que eres, y lo sé porque soy como tú. Nunca pares de ahondar en tu autoconocimiento.
(autor desconocido)
HORUS
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