
Qué pasa con el cerebro al morir
Una vez que los principales órganos y sistemas del cuerpo humano dejan de funcionar, perderemos signos vitales y se nos categoriza como muertos clínicamente. Se pensaba que al dejar de respirar y tener pulso todo el cuerpo se apagaba, pero ahora se sabe que el cerebro se toma algo más de tiempo.
Según la neurocientífica Jimo Borjigin, la muerte no es cruzar una línea, sino que un proceso. Una vez que nuestros signos vitales se apagan, el cerebro sigue funcionandopor medio minuto más.
En ese medio minuto, se produciría el viaje que lleva finalmente la muerte y, en que rotamos entre consciencia e inconsciencia. La prueba estaría en las personas que lograron salvarse de la muerte luego de haber perdido sus signos vitales.
Una de cada cinco personas que tuvo un roce personal con la muerte, describe experiencias que quedan guardadas en su memoria y que van desde ver una luz brillante a encontrarse con personas que fueron significativas en su vida, entre otras cosas más.

Nuestra conciencia al morir
Existen datos contradictorios acerca de qué pasa en nuestro cerebro a punto de morir. Algunos científicos indican que se trata de un engaño del cerebro, mientras que otros creen que puede tratarse de experiencias reales.
George Mashour, un anestesiólogo norteamericano, cree que la consciencia está en la raíz de nuestro cerebro y, al acercarnos a la muerte, nos lleva a la frontera entre el existir o dejar de hacerlo.
Por supuesto que en la ciencia toda hipótesis debe ser probada, y por ello se realizó un estudio con ratones, midiendo su actividad cerebral luego de morir mediante eutanasia. A estos ratones se les había colocado previamente electrodos en diferentes zonas de su cerebro. Los científicos lograron describir qué pasó con su cerebro después de la muerte clínica (sin latido cardiaco ni respiración).
Las neuronas de los ratones siguen enviando señales de forma rápida por entre 22 y 55 segundos. Si bien en un principio estas pueden ser débiles, hay un momento en que aumentan notablemente. La sincronización neuronal durante ese periodo es el doble de fuerte que cuando los ratones están anestesiados o despiertos. Si bien se sabía que había actividad neuronal, nunca se imaginó que fuera tanta.
Ante los datos entregados por este experimento, los científicos concluyeron que quienes pasan por una experiencia cercana a la muerte tienen activos los centros visuales y memoria, por lo que pueden reconocer personas o hechos, para luego recordarlas.

Gracias a la conexiones y sincronización cerebral, habría una fuerte actividad durante esos segundos donde estamos más cerca de la muerte que de la vida, descartando que se trataría de solo un sueño. Solo queda saber qué tan reales son esas experiencias: acaso son fruto deun cerebro activo o, realmente hay un componente de otro mundo y que quizá nunca podremos entender.
enlace : revolución espiritual
Jesús Miravalles Gil
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