5 de marzo de 2016

UN RIO NO ES CONSCIENTE DE SU EXISTENCIA

Un río no es consciente de su existencia, ni de su manifestación ni de su propósito. Éste simplemente fluye, y al fluir, acarrea consigo todo lo bueno y todo lo malo, la suciedad y los escombros. También incluye un pato. El pato refleja su sombra y observa su imagen en el río. ¿Acaso al río le importa que el pato se refleje en él?
¿O acaso al pato le importa su reflejo sobre el río? La vida simplemente fluye y sucede, tanto si eres el pato o el río o realmente ambos jugando los diferentes roles del movimiento temporal de la consciencia.
En el viaje de tu vida, al igual que el río, tienes que fluir hacia adelante momento a momento. No hay absolutamente ninguna necesidad de detenerte a pensar en lo que has acarreado o lo que acarreas, ni tampoco tienes que preocuparte por los reflejos que se han proyectado sobre ti.
En el viaje de tu vida, al igual que el pato, eres dirigido y aceptas la forma en que la vida lo hace. Proyectas una sombra, pero sólo en el momento, en el presente, en el ahora y fluyes.
Al igual que el río, fluyes, y al igual que una flor, ofreces tu fragancia, incluso a la mano que la aplasta. Podrías decir, “Daré, pero sólo a quien lo merezca”. Observa primero que tú, tú mismo, mereces dar, y ser un instrumento dador. Porque en verdad, es la vida quien da a la vida - y
aunque te consideres a ti mismo un dador, no eres más que el testigo.
Das muy poco cuando das de tus posesiones. Es cuando te das a ti mismo que realmente das. Cuando por error disfrutas el pensamiento de que esto es tuyo y de que tú eres el dador, esa falsa felicidad se convierte en causa de tus tristezas. No hay riquezas, sino vida; saber que todos somos mendigos y que no existe ningún benefactor salva la vida misma
Es hora de dejar ir, de dejar vivir y aprender, y vivir, y dejar vivir, y simplemente fluir.
Deja ir - sin ningún pensamiento o palabra, Deja ir. Deja ir el miedo. Deja ir los juicios. Deja ir la confluencia de opiniones que pululan en la cabeza. Deja ir la indecisión que llevas dentro. Deja ir todas las buenas razones. Total y completamente, sin vacilación ni preocupación, Deja ir.
No le pidas consejo a nadie. No leas un libro sobre cómo Dejar ir. No busques en las escrituras, simplemente Deja ir. Deja ir todos los recuerdos que te detienen. Deja ir toda la ansiedad que te impide avanzar. Deja ir toda la planificación y los cálculos sobre cómo hacer las cosas bien. Simplemente fluye.
No sólo prometas Dejar ir. No lleves un diario sobre ello. No escribas las fechas proyectadas. No anuncies públicamente ni pongas ningún anuncio en el periódico. No revises el informe meteorológico ni leas el tarot o el horóscopo
diario. Sólo Deja ir y fluye.
No analices si Dejas ir o no. No llames a tus amigos para discutir el tema. No lleves a cabo ningún tratamiento mental espiritual. No llames a la línea de oración, no pronuncies una sola palabra. Sólo Deja ir y fluye.
Absolutamente todo lo que sucedió, sucede y sucederá es por voluntad y acuerdo de Dios. No te equivoques pensando que tú eres el hacedor de nada. Cuando por error disfrutas el pensamiento de que esto es tuyo y de que tú eres el dador, esa falsa felicidad se convierte en causa de tus tristezas.

Un cordial saludo, bendiciones y felicidad, luz y amor siempre.

Jesús Miravalles Gil                               - Manoj K Shinh -  
                                        

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