29 de abril de 2017

SOY CONCIENCIA

 ¿Pero como vas a experimentar esa unicidad con todo lo que percibes?
Esto se logra porque no hay una actividad mental, como el pensamiento que me esté separando de aquello que percibo y me informe: “ese es un señor”, “ese es un árbol”, “esa es un ave”, “ese es el sonido de una máquina”. Pero cuando estoy en este estado de absoluta contemplación, con plena conciencia del exterior, no hay un fenómeno de separación entre el sujeto y el objeto. Entonces me experimento unido; empieza una sensación de que todo es una sola cosa. Todos estamos unidos y culmina este estado como único: YO SOY Todo eso. Es un estado avanzado.
El primer estado para alcanzar la conciencia de ser Absoluto es permanece atento y despierto y te darás cuenta de que “yo soy yo” de que “eso es eso”. En este primer estado no me puedo separar del árbol, pero hay una clara consciencia de que “yo soy yo” y de que “eso es eso” (el árbol). En este primer estado  no me experimento siendo uno con el árbol. Pero si lo sigo observando en perfecto estado de absoluta atención y conciencia, llega un momento en que se pierde la referencia de “yo soy yo” y de que “eso es eso” y me empiezo a experimentar tan unido al árbol que finalmente me hago uno con el árbol. Es decir, que obtengo la conciencia de ser el árbol sin confusión de ningún tipo.
La conciencia es como una luz que cuando alumbra algo no te separa de ello sino que te une a ello, mientras que la mente y sus pensamientos te separan. No son los sentidos, sino los contenidos de la mi mente lo que te separa. Son tus propios pensamientos los que te informan: no, tú estás aquí sentado y ese árbol esta ahí. Luego entonces, tú estás aquí y el árbol está separado de ti. Eso es lo que te informan tus propios pensamientos. Pero, en el estado de mi conciencia perfectamente despierta, eso no es real. No me puedo separar de lo que percibo, me experimento unido y me empiezo a fundir con todo, o a unir con todo.
                                   Fuente: CIUDAD VIRTUAL DE LA GRAN HERMANDAD BLANCA.
  Jesús Miravalles Gil                                  
                                              

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