

El universo se le aparece ahora como un lugar mágico donde las certezas van desplazando a las preguntas, y a medida que él va saliendo del pozo húmedo y frió de las preocupaciones y dudas interminables que agitan siempre al ego humano y va asentándose dulcemente en el prado soleado de la Conciencia Universal, la compasión, la solidaridad y la simpatía empiezan a brotar de su corazón con la misma abundancia con la que antes surgían las preocupaciones, mientras crece en él un sentimiento que es a la vez alegría sin euforia, enorme confianza, una profunda paz interior y el surgimiento gradual de una maravillosa y sorprendente capacidad para "ver más allá" de los ojos físicos.

Es en esta conciencia donde la meditación germina la semilla de lai realización transpersonal o espiritual que es nuestra verdadera identidad y la estimula hasta su definitivo florecimiento. Cualquier persona seriamente dedicada a la búsqueda científica acaba convencida de que un Espíritu se manifiesta en las leyes del universo, y desarrolla un sentimiento espiritual, que es diferente a la religiosidad de los ingenuos, que no han emprendido la búsqueda del conocimiento interior.
Fuente:Tierra viva
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