BLOG DEDICADO A LAS MENTES MAS DESPIERTAS E INCONFORMISTAS Y QUE OS AYUDARA A DESPERTAR...



28 de abril de 2011

LA AUTOESTIMA

Para seguir el camino de la espiritualidad es necesario conocimiento, sin duda alguna; pero también es necesaria una sólida base en la personalidad, madurez para tener una visión lo más objetiva posible de uno mismo y de la propia realidad, que permita el reconocimiento y la gestión de las emociones, más que simplemente su control o represión.
La importancia que se da a la gestión de los impulsos interiores es de sobra conocido a través de los estudios relacionados con la Inteligencia emocional; ya que las emociones son el color de la vida, son el resultado de cómo tramitamos las dificultades y las vivencias; es decir, ellas crean la mirada filtrada que tenemos de nosotros mismos y del mundo.
Digo esto porque es habitual hoy día, debido a un excesivo enfoque intelectual, ver cómo muchos tratan de formarse y aprender disciplinas antiguas muy diversas, o relacionadas con lo esotérico o espiritual, como el que hace un máster en la Universidad.
Uno de los pilares para esa inteligencia interior y exterior, de uno mismo y de la vida, si no el más importante, es la autoestima. La autoestima es el sentido de sí mismo que posee la persona, la capacidad para la propia auto aceptación con sus virtudes y defectos. De hecho, es el núcleo a partir del cual se desarrolla el sentimiento de felicidad y plenitud, o el de frustración. En ella reside el sentido e impulso de autorrealización, la confianza en uno mismo para abordar todos los proyectos vitales.
“Un individuo que se desarrolla sanamente obtiene intenso placer y orgullo del trabajo de su mente y de los logros que ese trabajo hace posibles. Sintiéndose seguro de su capacidad para afrontar los desafíos de la vida, el individuo deseará una existencia estimulante, creativa, plena de esfuerzo. Seguro de su propio valor, el individuo se sentirá atraído por la buena autoestima de los demás…”
“La persona con escasa autoestima actúa a partir del miedo, no de la seguridad. El objetivo fundamental ya no es vivir, sino escapar de la ansiedad de vivir. El deseo principal no es la creatividad, sino la seguridad. Este tipo de persona, en las relaciones humanas, no busca la admiración sino más comúnmente… que la consuelen y protejan o, de lo contrario, que la teman ciegamente.”
"El principio que distingue las motivaciones básicas de la elevada autoestima de las de la baja autoestima es el de la motivación por el amor, en contraste con la motivación por el miedo: el amor del sí mismo y de la existencia en contraposición al miedo de ser inadecuado para la vida. La motivación por la seguridad, que hace primordial hincapié en la posibilidad de disfrutar, a diferencia de la motivación por el temor, que se centraliza en la evitación del dolor.”
“En la medida en que una persona sufre de baja autoestima vive negativamente y a la defensiva, es decir, motivada por el miedo. Cuando la persona elige valores y objetivos particulares, el motivo principal no es gozar de la existencia, sino defenderse de la ansiedad, de inquietantes sentimientos de ineptitud, culpa y de la posibilidad de ser lastimada.”
(El Respeto hacia Uno Mismo)." Aumentar la autoestima es el eje fundamental para superar la ansiedad. Con la autoestima alta no hay ansiedad ".

Que paséis un feliz dia y muchas gracias a todos y todas que me leen.

HORUS

23 de abril de 2011

MI VERDADERO YO

Cuando aprendí que mi verdadero ser no es el “yo” a que me refiero cuando digo “yo” se me abrió una ventana al infinito y empecé a verlo todo de otro color: el color de la fraternidad, el color de una humanidad pacificada, solidaria y feliz.
Pero confieso que esta visión no ha llegado todavía a mis entrañas, solo parece que está en mi mente… aunque ya es algo.
Nuestro verdadero YO, nuestra identidad profunda no está en nuestro cuerpo, nombre, familia, nacionalidad, psicología, carácter, etc. etc. ese “yo” es provisional, el que necesitamos mientras vivimos en este planeta. Al final desaparecerá y quedará en el cementerio. Le llamo “el pequeño yo”.
Tenemos también otro “yo” no solo pequeño sino indeseable. Es el que nos creemos que somos y que no coincide con nuestra realidad. Por ejemplo: El señor García llegó a ministro y ufano con el ascenso se identifica con su cargo y se cree que es de verdad ministro cuando sigue siendo un simple ser humano.
Y sin necesidad de tener un cargo, sino simplemente creerse ser alguien según una imagen que uno se ha forjado en su idealismo. Todos o casi todos tenemos un “ego” que se irrita cuando le contrarían, pretende dominar, sobresalir, ser protagonista, hacerse el centro del mundo, etc. etc.
La mayoría de los humanos no sabemos que nuestra verdadera Identidad es el AMOR, esa Mente o Energía que mueve el Cosmos y que todos, junto con toda la creación formamos una gran red con infinitos nudos porque todo está entrelazado e interrelacionado. No lo sabemos porque nuestro nivel de conciencia actual todavía no ha dado un paso adelante en la evolución. El paso a una nueva conciencia de unidad con todo.
Algunos sí que llegaron, siglos atrás y actualmente muchos están abriendose a esta nueva visión de la Realidad.
Creo que el mundo sigue evolucionando y con él la conciencia de los seres humanos y poco a poco acabarán las enemistades, los egoísmos, las ambiciones particulares, los sistemas económicos perversos como el que tenemos ahora.
Mientras tanto, empezaré por cultivar esa nueva visión y compartirla con otros.
Frente al espejo.
Cuando nos preguntamos frente al espejo "¿quién soy yo?", podemos creer que somos la imagen que vemos. Pero el cuerpo es sólo un traje temporal; en él no reside la voluntad ni el pensamiento. Si cerramos los ojos y observamos la actividad de nuestra mente, los pensamientos, su ir y venir, entonces descubrimos que somos observadores de la mente; por lo que no somos la mente. Entonces debe haber algo más profundo, un núcleo en el que reside nuestra verdadera identidad y que tiene que ver con ese Yo observador del cuerpo y la mente.
Sin embargo esta afirmación no es fácilmente observable por la generalidad de los humanos.
¿Por qué? Pues porque ya desde pequeños nos han enseñado a vivir deacuerdo al ego y la naturaleza humana, ignorando o menospreciando a nuestra naturaleza espiritual, la genuina. Cotidianamente la gente vive en simbiosis y totalmente identificada con la mente del ego, esa de los pensamientos agitados e incansable, que los atormenta, los empuja a todo tipo de deseos y pasiones. No en vano los orientales la llaman la mente mono, porque es traviesa y siempre está saltando "de rama en rama.

Muchas gracias por vuestro tiempo y hasta pronto.

Jesús Miravalles Gil

17 de abril de 2011

" LOS SAYONES "

¡Jesús tan aflijido! ¡Jesús atormentado! llorad pues ojos mios llorad  por vuestro amado.
Venid, venid, lamentos, cargad mi corazón, pues canto tu pasión Jesús y tus tormentos enciendan mis acentos al pecho más helado.
¡Oh Rey esclarecido! Por qué, Señor te humillas y doblas las rodillas a Judas fementido sabed que os ha vendido y a muerte sentenciado.
Salid, pues, a cumplir la orden de tu Padre; decidla  a vuestra Madre que vais a morir; ¡Oh, cómo habéis de herir su corazón sagrado!
¡Oh, dulce Madre mía! tu bendición espero, yo por los hombres quiero dejar tu compañía, la voz suspendería en lágrimas bañado.
Sigue, alma, a tu Dios al huerto, allá camina, allí su faz inclina tu dulce Redentor; la  sangre y el sudor le tiene acongojado.
Ya llegan los sayones y a Judas a prenderle, ya llegan a ofenderle con golpes y baldones,con rígidas prisiones lo llevan maniatado.
Jesús, a dónde vas atormentado y preso de un amoroso exceso aprisionado estás; pues del injusto Anás permites ser juzgado.
¡Oh, como te responde el juez airado y fiero! y a ti manso Cordero,ninguno te defiende; más ¡Ay! que ya pretende herirte un hombre airado.
Allí un hombre alevoso con ira arrebatada le dio un bofetada a mi querido esposo; quedó su rostro hermoso herido y maltratado.
Llorad amargamente¡ Oh, ángeles de Paz! al ver herir la faz de un Dios Omnipotente;¡ Oh, que dolor que siente su rostro delicado!
Ya os llevan con prisiones, Jesús, ante Pilatos y los hombres ingratos infaman tus acciones; braman como leones que seas ya condenado..
Pilatos fementido manda sin causa alguna, atar a una columna a mi Dios afligido; allí de sus vestidos fue luego desnudado.
Ya con fuerza y saña.  Le azotan cruelmenteY el Cordero inocente está con faz extraña;¡Oh cuanta sangre baña su cuerpo delicado!
Ya, mi Jesús, os veo de espinas coronado, y el rostro abofeteado, y con salivas feo, atado como un reo y todo ensangrentado.
Lloremos, alma mía por sus grandes dolores lloremos los rigores de nuestra tiranía; lloremos a porfía de verle así ultrajado.
Mostró el juez al Señor al pueblo y sacerdotes; con cinco mil azotes, ha negado el dolor, llamaron con furor seáis crucificado.
Pilatos temeroso, contra vuestra inocencia publica la sentencia severo y riguroso que por facineroso seáis ajusticiado.
Ya toma el grave leño de aquella Cruz Sagrada, ya empieza la jornada, Jesús, mi dulce dueño; con qué terrible ceño le mofa el pueblo airado.
Ya, de los dos ladrones, camina acompañado, por uno y otro lado le cercan los sayones;  ya claman los pregones que va a ser castigado.
Venid, ¡Oh, Virgen Santa! venid porque ha caído ya mi Jesús rendido, con peso y carga tanta, y el leño le quebranta su cuerpo delicado.
¡ Oh, Virgen afligida ! venid a socorrerle, venid a prisa a verle, pues va  a perder la vida, ¡ Oh, que enternecida la veis en tal estado !
¡ Con furia los sayones le mandan se levante con su fiero semblante le dicen mil baldones, a prisa y a empellones camina atropellado.
Ya al Calvario llega. Jesús en sus alturas, y de sus vestiduras fue luego desnudado que ni un punto sosiegan por verle alli clavado.
A Cristo en un madero le clavan inhumanos rompiendo pies y manos con tres clavos de acero, de pena y dolor muero pues yo asi, lo he tratado.
Jesús aunque ofendido por sus verdugos ruega y el Alma al Padre entrega con el postrer gemido murió
Jesús herido del golpe del pecado.

Jesús Miravalles Gil
                                  

13 de abril de 2011

EL PROBLEMA

El Gran Maestro y el Guardián se dividían la administración de un monasterio Zen.
Cierto día, el Guardián murió y fue preciso substituirlo.
El Gran Maestro reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado.
- Voy a presentarles un problema -dijo el Gran Maestro- y aquél que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del Templo.
Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala.
Encima estaba un florero de porcelana seguramente carísimo, con una rosa roja que lo decoraba. - Éste es el problema -dice el Gran Maestro -resuélvanlo-.
Los discípulos contemplaron perplejos el "problema", por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?
Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el "problema", hasta que uno de los discípulos se levantó, miró al maestro y a los alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo.
- ¡¡Al fin alguien que lo hizo !!! - exclamó el Gran Maestro- Empezaba a dudar de la formación que les hemos dado en todos estos años !! Usted es el nuevo guardián.
Al volver a su lugar el alumno, el Gran Maestro explicó:
- Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un "problema".
No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado.
Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae confort...
"Solo existe una manera de lidiar con un problema": atacándolo de frente.
En esas horas, no se puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo.
recuerda que un problema, es un problema.
No tiene caso tratar de "acomodarlo" y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que "Un Problema".

Jesús Miravalles Gil                                 Leyenda: Zen

8 de abril de 2011

TU OTRO BANCO

Si el cuerpo no sintiera el dolor y si no pudiera gemir, llorar o gritar, seria una catástrofe. No nos enterariamos de la enfermedad, nos despreocupariamos y moriríamos como moscas.
Pues bien, en el gran cuerpo de la sociedad, no hay enfermedad más grave que la pobreza. Si los pobres soportan el peso y el dolor de la pobreza sin quejarse, sin protestar, sin decir una palabra, la sociedad está en peligro de morir. Por eso, hoy como ayer, del grito de los pobres depende el futuro del mundo.
La paz y, por ende, la vida del mundo penden de ese grito y de la respuesta que el mundo le dé.
El grito de los pobres es el mayor servicio que se puede prestar a la humanidad. Acallarlo con caramelos, promesas que nunca se cumplen, o con alicientes que fomentan dependencia, parasitismo y mendicidad es el crimen.
¿ Cuánto tiempo podrá seguir avanzando todavía la humanidad con toda la injusticia que le machaca el cuerpo ? ¿ Quienes mejor que los que están más cruelmente desprovistos de ellas, pueden hacer advenir la justicia, la libertad y la paz ? Desgraciadamente, son ellos que menos hablan, cansados tal vez de no ser escuchados.
¿ Con todo, es necesario que su grito nos taladre los oídos y nos atraviese el corazón para que despertemos. Para la humanidad toda es una cuestión de vida o muerte.
Pero es necesario también que los pobres sepan soñar, ya que el sueño es la otra gran fuerza capaz de curar al mundo enfermo y trasformarlo en un maravilloso jardín donde todos los hombres y las mujeres puedan finalmente compartir con paz y alegría los mismos derechos en igualdad y libertad.
Los pobres de la tierra son los grandes profetas del mundo: llevan en su cuerpo el mundo que debe morir y en su corazón el que debe nacer.
Se nos cae a pedazos la humanidad, como lepra del alma. Nos corroe la codicia, el afán de riquezas, de confort en desmesura. Nos invade el egoísmo, vivimos sin solidaridad, sin principios, sin ética...
Ya no somos pueblo ni apenas familia, solo individuos ansiosos de bienestar y de éxito. Nos mueve la vanidad. Adoramos el lujo y el dinero. Apostamos por la competencia y hasta por la violencia si ésta nos lleva al triunfo. Hemos retrocedido a los tiempos más oscuros.
Razón tenia el Maestro Jesús cuando dijo " Bienaventurados los pobres ", porque ser rico es apostar por la miseria.

Jesús Miravalles Gil
                    

3 de abril de 2011

HINCAR LA RODILLA

Estaba en el aire y resonaba por todas partes, " Zapatero ha hincado la rodilla ante los amos del mundo". ¡ Que gran verdad ! Tan grande como la necedad de no ver que la rodilla la hinco el día que fue invitado a la reunión celebrada el pasado verano en Sitges del club Bilderberg donde le marcaron su agenda.
Todos hemos podido comprobar en los meses vividos desde entonces, que todo ha sido un continuo plegarse a los amos del dinero, y el que no lo quiera ver así es que esta ciego y sordo,
Muy pocas voces se alzaron con fuerza en medio de un panorama político donde unas Hienas bien alimentadas, se permiten el lujo de dictar sus normas gobernando y explotando a los pueblos.
Es el resultado de vivir sin conciencia, de encerrar la esencia humana en una vieja maleta y esconderla en el más oscuro rincón de la buhardilla para olvidarse de ella. O de arrojarla al contenedor de la basura para que no moleste ni reclame .
¿ Quien  sino esta detrás del paquete de medidas de Zapatero ? no es por tanto otra cosa que lo que él mismo ha reconocido a sus dirigentes cuando les dice que se trata de una Imposición de los grupos de poder financieros. La izquierda, al igual que la derecha, han apostado por hacer creer al pueblo que para vivir basta con sentir el gozo de nadar en la abundancia.
Si algo hace bien el capitalismo es manejar y manipular el pensamiento de las masas, nos hemos convertido en un rebaño de mansos, y mientras el pueblo no despierte unos pocos controlaran a las masas. A quien esto escribe le cuesta creer y aceptar un mundo gobernado por unas Sanguinarias Hienas
pero mil veces más me duele en el alma ver sobre las buenas gentes estúpidas que aceptan mansamente la maldad de quienes les gobiernan.
Pienso que la estupidez de los españoles no puede ser de tal calibre como deben de creer los del PP, que con sus burlas vulgares nos hinchan a escupitajos con sus ordinarias tomaduras de pelo.
Todo cabe todo vale en este partido sin conciencia liderado según dicen por Rajoy indiferente a injusticias y corrupción, acepta todo cuanto le echen, con tal de llegar al poder y que no le quiten su condición de disminuido mental.
Hoy nos hallamos rodeados de árboles que no nos dejan ver el bosque el pueblo sigue dormido porque quienes tenían que haberle despertado no lo hicieron la codicia domina el mundo y lo seguirá dominando en tanto la dimensión humana no despierte en lo más profundo de su alma.
Si no cambiamos no nos salva ni Dios.

Saludos cordiales y muchas gracias por vuestro tiempo.

Jesús Miravalles Gil

1 de abril de 2011

LA TIERRA QUE ME VIO NACER

                                                          ROA DE DUERO
Roa es una próspera Villa de aproximadamente 2500 habitantes ubicada en el corazón de la cuenca del rio Duero. La Villa está enclavada en un cerro de 820 metros de altitud que , junto a la próxima localización del rio, ha determinado su historia, siendo una Villa elegida por reyes,nobles y otras personalidades en numerosas ocasiones.
Este hecho ha convertido a Roa en testigo presencial de momentos importantes en la historia de España. La Villa de Roa es, además, sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero desde 1991, ya que se encuentra en el punto neurálgico del desarrollo de esta actividad vitivinicola que tanto reconocimiento ha logrado para esta zona. Actualmente la Sede se encuentra  terminada en  su totalidad de ampliación para mejorar la atención y presentación de sus servicios.
Sus fiestas taurinas en honor a Ntra. Señora de la Asunción y San Roque, sus romerías a la Virgen de la Vega, su patrona, su fiesta de La Matanza y su solemne Semana Santa, entre otros, son una invitación a la convivencia amical entre vecinos y forasteros.
Además cuenta con una gastronomía de gran calidad, cuna de maestros asadores avalados por una gran  trayectoria profesional y de reconocido talento en el sector.
A nadie debe extrañar que Roa, la Rauda de los celtíbe­ros, fuese conocida por gentes nómadas desde la más remota antigüedad. El altiplano que ocupa la villa, balconada de cara al río Duero al cabo de una vertiente que aun en automó­vil cuesta trabajo subir, fue de gran servicio para la autodefensa de tantas tribus primitivas que de continuo se veían amenazadas por otros pueblos o por huestes viajeras que con frecuen­cia atravesaban la Meseta por aquellos fecundos valles, cuyas tierras planas, ahora sembradas de cereal, de viñedo o de forraje, han sido centro de codicias durante siglos y siglos desde la Edad del Hierro, tiempo aquel del que todavía quedan restos como para que los arqueólogos intenten ajustar cabos en el sensible cañamazo sobre el que se ha de tejer el cómo y el porqué de nuestras raíces como pueblo de Occidente, que más tarde, muchos siglos después, daría lugar a esta raza caste­llana nuestra, con sangre de infinitas etnias, y con una cultura que fue tomando cuerpo en la coctelera de la historia a partir de Túbal, el hijo de Jafet y nieto de Noé, a quien tantos historiadores han señalado como el primer hombre, que escapado de la Biblia, pisó en nuestro suelo no mucho después del Diluvio Universal.
Dicen los eruditos que fueron los vacceos el primero de los pueblos de la antigüedad que se asentó por los para­jes de la vega media del Duero, que tomarían aquel poyal como atalaya ventajosa para la guerra cuerpo a cuerpo, y, desde luego, como enclave insustituible para el ataque cuando la artillería, ya desde su etapa más rudimentaria, comenzó a contar como el recurso de mayor utilidad en los enfrentamientos bélicos de la Edad Moderna, pongamos media docena de siglos atrás en el cómputo del tiempo a partir de hoy. En el ahora apacible Paseo del Espolón, en la villa de Roa de Duero, mirando a la vega, hay una enorme bombarda de a principios del XV que nos lleva a refrescar la memoria.
Roa, más conocida hoy como sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los buenos vinos de la Ribera del Duero, es ante todo historia. Muy cerca de allí, en Castrillo de Duero, nació en 1775 Juan Martín Díez, El Empecinado, y allí lo vieron matar sus paisanos en la "ominio­sa década", después de haberlo torturado cruelmente como si de una fiera salvaje se tratara, metido en una jaula de hierro. Allí fue a morir en 1825, marcado por la edad, y agotado por el cansan­cio y por la res­ponsabilidad del mando como regente, el carde­nal Jiménez de Cisneros, cuando viajaba a lomos de una mula hacia los puertos de mar del norte de España, donde pensaba recibir en buena hora y descargar el peso de la regencia sobre Carlos I, el rey adolescente con la cabeza llena de pajaritos por entonces, luego poderoso emperador y hábil monarca de las Españas, al que no llegó a conocer siquiera. Allí murió un hijo de Fernando III el Santo, que según se ha escri­to no fue un ejemplo de virtud, precisamente. Y allí se lucen, sobre las fachadas de los más destacados edificios, los escudos nobilia­rios de tantas familias con apellidos de noble resonancia en toda la comarca burgalesa: los Velasco, de la Cueva, Zúñiga Avellaneda, conde de Miranda del Castañar, ante cuyos nombres entran ganas de descubrirse, cuánto más ante sus emblemas. Cosas de la gloria efímera, que el soplo de la vida se acaba por llevar, dejando señal de permanente en los epita­fios de sus tumbas y en los escudos murales -auténticas mara­villas, por cierto, algunos de ellos- como los que allí pueden verse, reflejando el sol de la mañana, en la fachada principal de la excolegiata de Santa María, y que corresponden a los apellidos de la Cueva y Velasco, sostenidos por dos salvajes que pisan cabezas de esclavos.
Es difícil no recordar a quienes han estado en Roa la fachada de su iglesia de Santa María, obra de transición, de extraordi­naria belleza, donde los mejores detalles ornamentales y arquitectóni­cos del Renacimiento tardío castellano quedan patentes. En el interior conservan capillas, historiadas y ricas en verjas del XVI, como la de los Burgos y la de los señores condes de Siruela, sin pasar por alto la imaginería de la misma época, excepcional­mente representada por una Trinidad de autor anónimo y por un altorrelieve policromo del XV, obra magnífica de Diego de Siloé.
Era día de mercado y la Plaza Mayor se encontraba plagada de tenderetes y de expositores de productos a la venta, de gentes de la comarca y del propio Roa que habían acudido al coso a comprar a eso de la media mañana para no quedar mal con la diosa costumbre. En otro de los laterales de la plaza, haciendo ángulo con la fachada principal de la iglesia de Santa María, queda el edificio del ayuntamiento, donde un guardia municipal y dos señoritas empleadas atienden con prontitud al público de manera amable, dato a destacar por no ser en otros lugares demasiado frecuente. Y luego a ver el pueblo; un pueblo al que también se le reconoce como experto por tradición en el cultivo de su vega, como destilador de alcoholes y como productor o fabricante benemérito de pastas para sopa.
Entre la fronda de un jardinillo anexo a la plaza de toros, allí donde los raudenses llaman la Cava, está el monu­mento en bronce con el que el pueblo recuerda a perpetuidad al más conocido de sus personajes históricos, El Empecinado. Aparece de cuerpo entero, y tiene sujeta con cadenas entre las piernas la silue­ta recortada del mapa de España, por cuya libertad contra la atadura del emperador francés Napoleón, peleó en guerrillas tantas veces y dio su vida en 1825, odiado, azotado y escupido, como perro rabioso.
 Casi al otro extremo de la localidad, bien cruzando por la Plaza Mayor o por la calle comercial de Santo Domingo, en el ya dicho Paseo del Espolón -muy semejante en estructura a los paseos marítimos de las ciudades costeras del Mediterrá­neo, pero dando vistas, no al mar, sino al río Duero, que baja escoltado por frondosas alamedas, y a la vega fertilísima que llega hasta la ciudad de Aranda, todo en línea recta-, queda un tanto disimulada bajo las plataneras la efigie de Cisneros, un busto de bronce sobre alto pedestal que en 1995 le dedica­ron los Amigos de la Historia de Roa, y que uno piensa que no es para menos. Allá, lejos, rayando el horizonte, se deja ver sobre la colina gris la silueta de un castillo famoso: el de Peñafiel por tierras de Valladolid  que abre en los ánimos hoy cansados del caminante el deseo de perderse algún día por allí, quizás no demasiado tarde.
Los productos propios del lugar: el queso de oveja, los asados de cabrito y de cordero tan famosos, no sólo allí sino en toda la comarca, los exquisitos vinos de la Vega del Duero, el blanco pan de sus trigales, son materia de especialización gastronómica, a los que uno tan sólo se atreve a calificar de excelentes.                                 Fuente: Andar, ver y contar

Jesús Miravalles Gil