1 - Tomar conciencia de su cuerpo. Desde hace algún tiempo, sólo notan de manera neutral - y sin tratar de cambiarlos - todas las sensaciones físicas que pueden ser conscientes de.tener en cuenta, por ejemplo, el contacto de su cuerpo con la silla en la que estás sentado, de los pies con el suelo, de su ropa con su piel.
Sea consciente de su respiración. Cuando usted siente que ha explorado sus sensaciones físicas bastante tiempo, dejarlos y pasar a la siguiente etapa. 2 - Tomar conciencia de sus sentimientos
¿Qué sentimiento está experimentando en este momento?
¿Y cuáles son los principales sentimientos que experimenta de forma recurrente en su vida? Considere los aparentemente positivos y negativos: el amor y la irritación, los celos y la ternura, la depresión y la euforia ...
No juzgues. Simplemente ver sus sentimientos habituales con la actitud objetiva de un investigador científico haciendo un inventario. Cuando esté satisfecho, cambie su atención de esta área y proceder al siguiente paso.
3 - Dirija su atención a sus deseos.
La adopción de la misma actitud imparcial como antes, revisar los principales deseos que se turnan en la motivación de su vida. A menudo, usted bien puede ser identificado con uno u otro de ellos, pero ahora simplemente los consideran, de lado a lado. Por último, dejar sus deseos y continuar con el siguiente paso.
4 - Observar el mundo de sus pensamientos.
5 - EL OBSERVADOR
El que ha estado observando sus sensaciones, sentimientos, deseos y pensamientos - no es el mismo que el objeto que observa. Quién es el que ha estado observando TODOS ESTOS REINOS? Que constituye el centro del ser puro. El Centro del Ser no es una imagen o un pensamiento, sino que es esa esencia que ha estado observando todos estos reinos y sin embargo es diferente de todos ellos. Y tú eres ese centro del ser puro. Diga por dentro:
"Yo soy el centro del ser puro, un centro de conciencia pura" Tratar de darse cuenta de esto durante unos dos minutos.
(Siempre alcuerdese de tomar notas en su diario))
enlace: El misterio del ser
Jesús Miravalles Gil Música de Oliver Shanti
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