BLOG DEDICADO A LAS MENTES MAS DESPIERTAS E INCONFORMISTAS Y QUE OS AYUDARA A DESPERTAR...



29 de julio de 2023

INDAGACIÓN: ¿QUÉ O QUIEN SOY?


 ¿Qué o quién soy? (Por Adyashanti)
Mi mayor interés en la vida es despertar de la identificación del estado de sueño y alcanzar la verdad de la unidad. La totalidad de mi enseñanza como maestro espiritual se basa en eso. Así que yo propongo la utilización de la indagación meditativa como herramienta de ayuda para desarrollar la energía del despertar, para desarrollar la conciencia de nuestra verdadera naturaleza. Sin embargo, veo que muchas personas están buscando fuera de ellas mismas y se hacen preguntas que trascienden su experiencia. Todo el mundo ha escuchado el consejo de "mira en tu interior" y, sin embargo, muchos de nosotros seguimos mirando fuera. Aunque nos hagamos preguntas espirituales, normalmente seguimos enfocándolas hacia fuera. ¿Qué es Dios? ¿Cuál es el significado de la vida? ¿Por qué estoy aquí? Aunque estas preguntas sean relevantes para la personalidad, todavía no son la pregunta más íntima.
La pregunta más íntima que podemos hacernos, y la que tiene mayor poder espiritual, es ésta: ¿qué o quién soy? Antes de preguntarme por qué estoy aquí, quizá debiera averiguar quién es este "yo" que se hace la pregunta. Antes de preguntar "¿qué es Dios?", tal vez debiera preguntarme quién soy yo, quién es este "yo" que está buscando a Dios. ¿Quién soy, quién está viviendo esta vida? ¿Quién está aquí mismo, ahora mismo? ¿Quién está en el camino espiritual? ¿Quién es ese que está meditando? ¿Quién soy yo realmente? Ésta es la pregunta que inicia el víaje de indagación espiritual para que puedas descubrir por ti mismo quién y qué eres realmente.

Así que el primer paso es contar con una pregunta espiritual potente como "¿qué o quién soy yo?". El segundo paso es saber hacer esa pregunta. He podido comprobar, una vez más, que muy pocas personas saben hacerse una pregunta espiritual potente. Si no sabemos preguntar, nos perderemos en nuestra mente. Seguiremos sentándonos y nos quedaremos pensando sobre quién somos eternamente. Seguiremos leyendo discursos espirituales, filosóficos o religiosos sobre quién somos y por qué estamos aquí, y sobre todo este asunto. Seguiremos haciéndolo eternamente y sólo terminaremos con más pensamientos, con más ideas, con más creencias (y no con lo que realmente necesitamos, que es un vislumbre de comprensión, un vislumbre de reconocimiento de la verdad de nuestro ser). La indagación espiritual nos ayuda a desarrollar ese vislumbre. Así que ¿cómo debemos hacer la pregunta? ¿Cómo podemos descubrir lo que realmente somos?
El sendero de la eliminación
Antes de descubrir qué somos realmente, debemos empezar por descubrir lo que no somos. Si no, nuestras suposiciones seguirán contaminando toda la investigación. A esto podríamos llamarlo el sendero de la eliminación. En la tradición cristiana lo llaman la Vía Negativa, el sendero negativo. La tradición hindú del Vedanta lo llama Neti-neti, que significa "esto no, eso no". Todos ellos son senderos de eliminación, formas de descubrir lo que somos a través de lo que no somos.
Empezamos por observar nuestras ideas acerca de lo que somos. Todos tenemos muchísimas ideas de las que ni siquiera somos conscientes, así que empezamos por observar las cosas más sencillas sobre nosotros. Por ejemplo, observamos nuestra mente y nos damos cuenta de que en ella hay pensamientos. Claramente, existe algo o alguien que se da cuenta de los pensamientos. Aunque no sepas qué es, sabes que está ahí. Los pensamientos vienen y van, pero el testigo de los pensamientos permanece.
Si los pensamientos vienen y van, entonces tú no eres los pensamientos. El hecho de darse cuenta de que tú no eres los pensamientos tiene mucha importancia, pues la mayoría de la gente presume que ellos son lo que piensan. La gente se identifica con lo que piensa. Sin embargo, basta un simple vistazo a tu propia experiencia para demostrarte que tú eres el testigo de tus pensamientos. Tú no eres lo que piensas que eres. Hay algo más primordial que observa los pensamientos.

También existen las sensaciones. Todos tenemos sensaciones emocionales: felicidad, tristeza, ansiedad, alegría, paz. Tenemos sensaciones en el cuerpo, ya sean de energía (una contracción por aquí, una apertura por allá) o el simple picor en el dedo de un pie. Existen diversas sensaciones y también existe un testigo de esas sensaciones. Existe algo que es el testigo y que toma nota de todas tus sensaciones. Así que tienes sensaciones y tienes conciencia de esas sensaciones. Las sensaciones vienen y van, pero la conciencia de las sensaciones permanece. Y aunque no tengamos que negar ninguna de las sensaciones que experimentamos, debemos saber que nuestra identidad más verdadera y profunda no es una sensación. No puede serlo, pues hay algo más primario, anterior a la aparición de las sensaciones: la conciencia de esas sensaciones.
Esto mismo se lo podemos aplicar a las creencias. Tenemos muchas creencias y tenemos la conciencia de esas creencias. Las creencias podrán ser espirituales, creencias sobre tu vecino, sobre tus padres, sobre ti mismo (éstas suelen ser las más dañinas), y sobre una gran variedad de cosas. Las creencias son pensamientos que asumimos como verdad. Todos podemos ver que nuestras creencias han ido cambiando según hemos ido creciendo, según hemos ido avanzando por la vida. Las creencias vienen y van, pero la conciencia de las creencias es anterior a las creencias; es más primaria. Entonces podemos ver fácilmente que nosotros no podemos ser nuestras creencias. Las creencias son algo de lo que somos testigos, algo que vemos, algo que percibimos. Pero las creencias no nos dicen quién es el observador; no nos dicen quién es el que las percibe. El observador o el que las percibe, el testigo, es anterior a las creencias.
Esto mismo podemos aplicarlo a nuestro ego-personalidad.
Todo el mundo tiene un ego y una personalidad. Normalmente creemos que somos nuestro ego, que somos nuestra personalidad. Y, sin embargo, al igual que con los pensamientos, con las sensaciones y con las creencias, vemos que también existe un testigo de esa personalidad. Existe un ego-personalidad llamado "tú" y también existe una observación del ego-personalidad, una conciencia del ego-personalidad. La conciencia del ego-personalidad es anterior a la personalidad; la percibe, sin juzgarla ni condenarla.
En este punto empezamos a entrar en contacto con algo más íntimo. La mayoría de la gente se identifica con su ego y con su personalidad. Pero el simple hecho de querer observar tu experiencia te hace ver que existe una personalidad y un testigo de la personalidad. Por consiguiente, tu personalidad no puede ser tu naturaleza esencial más profunda. Hay algo más primario que observa tu ego-personalidad: la conciencia.
Así llegamos a nuestra conciencia. Nos damos cuenta de que existe una conciencia. Todo el mundo tiene conciencia. Si estás leyendo estas palabras ahora mismo, la conciencia es lo que las está asimilando. Eres consciente de lo que piensas. Eres consciente de lo que sientes. Así que la conciencia está claramente presente. No es algo que tengas que desarrollar. La conciencia no es algo que tengas que fabricar. La conciencia simplemente es. Es lo que nos permite saber y experimentar lo que sucede.¿Quien es consciente?
Normalmente pensamos inconscientemente que "¡yo soy consciente!" que yo soy quien es consciente, que la conciencia es algo que me pertenece. Presumimos que existe una entidad llamada "yo" que es consciente. Sin embargo, cuando empezamos a investigar esto meditativamente, silenciosamente, sencillamente, empezamos a ver que, aunque haya conciencia, en realidad somos incapaces de descubrir el "yo" que es consciente. Empezamos a ver que ese "yo" consciente es un supuesto que la mente ha aprendido a hacer. Cuando vas hacia dentro y buscas quién es consciente, qué es consciente, no encuentras ningún "ello". Sólo encuentras más conciencia. No existe ningún "yo" que sea consciente.
De esta forma, seguimos extrayendo nuestra identidad mediante esta profunda investigación. Al ver lo que no somos, en realidad alejamos nuestra identidad del pensamiento, de la sensación, de la persona, del ego, del cuerpo, de la mente. Alejamos nuestra identidad de los elementos externos de nuestra experiencia y la devolvemos a su naturaleza esencial. Mientras no volvamos a la conciencia, no nos encontraremos con el supuesto primario de "yo soy el que es consciente". En ese momento, empezaremos a investigar ese supuesto. La investigación mediante la experiencia nos hace ver, una y otra vez, que somos incapaces de descubrir quién es consciente. ¿Dónde está este "yo" que es consciente? En ese preciso instante (cuando nos damos cuenta de que no podemos descubrir ninguna entidad llamada "yo" que posea la conciencia, que sea su dueña) empezamos a vislumbrar que nosotros tal vez seamos la conciencia. La conciencia no es algo que nos pertenezca; la conciencia no es algo que poseamos. La conciencia realmente es lo que somos.
Pero a algunas personas (a la mayoría) esto les parecerá radical, pues estamos muy acostumbrados a identificarnos con nuestra mente, con nuestros pensamientos, con nuestras sensaciones, con nuestras creencias, con nuestro ego y con nuestro cuerpo. En realidad nos enseñan a identificarnos con estas cosas. No obstante, la investigación nos permite empezar a vislumbrar que existe algo anterior al pensamiento, anterior a la personalidad, a las creencias, algo que denominamos conciencia. Esta investigación nos permite vislumbrar que somos esa conciencia.
Esto no implica que los pensamientos dejen de existir. No significa que el cuerpo deje de existir. No se trata de negar el ego, ni la personalidad, ni las creencias ni nada de nada. No se trata de negar todos estos elementos externos de nuestro yo humano. Sólo descubrimos nuestra naturaleza esencial. Los cuerpos, las mentes, las creencias y las sensaciones son como la ropa que se pone la conciencia y nosotros empezamos a descubrir qué tiene por debajo. Si te das cuenta de que no eres lo que pensabas, de que no eres tus creencias ni tu ego ni tu personalidad, la transformación puede ser profunda. Eres otra cosa, algo que reside en el interior, en el núcleo más interno de tu ser. Por ahora lo estamos llamando "conciencia". La naturaleza radical de esta visión reside en que la conciencia no es algo que poseas, que tengas que aprender a poseer, o algo para lo que necesites disciplina: en realidad la conciencia es lo que eres; es la esencia de tu ser. Y la conciencia no sólo es lo que tú eres, sino también lo que todo el mundo es.  Autor: Adyashanti      https://www.nodualidad.info/textos/indagacion.html

21 de julio de 2023

TESTIGO DEL SER - DE TI AL INFINITO


                                                                  Testigo del Ser

Ken Wilber nos lleva a trascender la dualidad en un sencillo ejercicio...
Ser un testigo del ser consciente puede prolongarse durante la vigilia, el sueño onírico y el sueño profundo. El Testigo se halla totalmente accesible en cualquier estado, incluyendo tu propio estado de consciencia de este mismo instante. Así que les voy a guiar hacia ese estado, utilizando lo que en Budismo se llama "instrucciones indicativas". No voy a intentar conducirles a un estado de consciencia diferente, a un estado de consciencia alterado o a un estado diferente de lo común. Simplemente, voy a destacar algo que ya está ocurriendo en tu estado actual, presente y habitual.
Así que comencemos por tomar consciencia del mundo que nos rodea. Mira al cielo, y simplemente relaja tu mente; deja que tu mente y el cielo se fundan. Observa las nubes que flotan. Toma nota de que esto no requiere de esfuerzo alguno de tu parte. Tu estado de consciencia actual ―en el que flotan estas nubes― es algo muy simple, muy fácil, que no requiere de esfuerzo, espontáneo. Simplemente toma nota de que, sin mediar esfuerzo alguno, tomas consciencia de las nubes. Lo mismo ocurre con esos árboles, esas aves y esas rocas. En forma simple y sin esfuerzo, tomas conciencia de todos ellos.
Observa ahora las sensaciones presentes en tu propio cuerpo. Puedes tomar consciencia de cualquier sensación corporal que se halle presente ahora: quizás la presión del mueble, quizás el calor en el abdomen, quizás una tensión en tu cuello. Sin embargo, aún si estas sensaciones fuesen de tensión, puedes tomar consciencia de ellas con facilidad. Estas sensaciones surgen en tu consciencia presente, y esa consciencia es muy simple, fácil, relajada, espontánea. Eres un testigo, sin esfuerzo y sin dificultad.
Observa los pensamientos que surgen en tu mente. Puede que observes diversas imágenes, símbolos, conceptos, deseos, esperanzas y temores, todos los cuales surgen espontáneamente en tu consciencia. Surgen, permanecen unos instantes y luego se van. Estos pensamientos y sensaciones surgen en tu consciencia de este momento, y esa consciencia es muy simple, relajada y espontánea. Sin esfuerzo ni dificultad, eres un testigo de todo ello.
Así que observa: puedes ver flotar las nubes porque no eres esas nubes, eres quien las está mirando. Puedes sentir sensaciones corporales porque no eres esas sensaciones: eres el testigo de esas sensaciones. Puedes ver cómo flotan los pensamientos porque tú no eres esos pensamientos ―sino un testigo de su presencia―. En forma natural y espontánea, todas estas cosas surgen, por sí solas, en tu darte cuenta presente, sin que medie esfuerzo de tu parte.
Y entonces, ¿quién eres tú? No eres los objetos de allá afuera, no eres las sensaciones, no eres los pensamientos ―sin esfuerzo, eres un testigo de la presencia de todos éstos, de modo que no eres ellos. ¿Quién o qué eres tú?
Dilo de este modo para ti mismo: tengo sensaciones, pero no soy esas sensaciones. ¿Quién soy? Tengo pensamientos, pero no soy esos pensamientos. ¿Quién soy? Tengo deseos, pero no soy esos deseos. ¿Quién soy?
Así que retrocedes hacia la fuente de tu propia consciencia. Retrocedes hacia el Testigo, y descansas en el Testigo. No soy los objetos, no soy las sensaciones, no soy los deseos, no soy los pensamientos.
Pero entonces, por lo general las personas cometen un gran error. Creen que, si descansan en el Testigo, van a ver algo o sentir algo, algo realmente exquisito y especial. Pero no verás nada. Si ves algo, se tratará simplemente de otro objeto: otra sensación, otro pensamiento, otra imagen. Sin embargo, todos éstos son objetos: no eres ninguno de éstos.
No es así: mientras descansas en la realización del Testigo ―no soy los objetos, no soy las sensaciones, no soy los pensamientos― todo lo que observarás es una sensación de libertad, una sensación de liberación, una sensación de alivio... alivio de la tremenda limitación que implica el identificarse con estas pequeñeces, pequeños objetos finitos, tu pequeño cuerpo, pequeña mente y pequeño ego, todos los cuales son objetos que pueden ser vistos y, por lo tanto, no son Aquél que ve, el verdadero Yo, el Testigo puro, aquél que realmente eres.
Así que no verás nada en especial. Lo que surja está bien. Las nubes flotan en el cielo, las sensaciones flotan en el cuerpo, los pensamientos flotan en la mente ―y, sin esfuerzo, tú eres testigo de todo esto―. Todo esto surge espontáneamente y sin esfuerzo en tu consciencia presente. Y esta consciencia que es testigo no es, en sí, nada específico que puedas ver. Es, simplemente, una gigantesca sensación de libertad ―o de vacío puro― en el trasfondo. Y en ese vacío puro ―que es lo que eres― surge el mundo entero de lo manifiesto. Tú eres esa libertad, esa apertura, ese vacío ―y no alguna de las cosas que surgen de allí―.
Descansando en ese atestiguar vacío, libre, fácil y carente de esfuerzo, observa que las nubes surgen en el amplio espacio de tu consciencia. Las nubes surgen en tu interior ―tan así es que puedes saborear las nubes, eres uno con las nubes―. Es como si estuviesen a este lado de tu piel... están tan cerca. El cielo y tu consciencia se han vuelto uno solo, y todas las cosas en el cielo flotan sin esfuerzo a través de tu propia consciencia. Puedes besar al sol, tragarte la montaña... están así de cercanos. El Zen dice, "Tómate el Océano Pacífico de un solo trago", y eso es lo más fácil de hacer cuando adentro y afuera ya no son dos, cuando sujeto y objeto no son dos, cuando el que mira y lo mirado son Un Solo Sabor Único. ¿Lo ves?
                                                               De Ti al Infinito
Lo que voy a hacer ahora es simplemente "describir" la conciencia no dual del modo en que es percibida ahora mismo. Lo que sigue es el flujo espontáneo de conciencia. Simplemente relaja tu mente y léelo en actitud serena y receptiva (si una frase tiene sentido, bien, si no, continúa leyendo relajadamente):
Lo que tú buscas es lo que está leyendo esta página ahora mismo. Esta Identidad no puede ser encontrada pues nunca se ha perdido: tú siempre has sabido que tú eras tú. Esta "YOSOYdad" es la condición permanente de todo lo que surge, es el espacio en el que todo surge, no hay nada fuera de Si y por eso es la paz completa y la belleza que irradia en todas direcciones. Juan (Sustituye Juan por tu nombre) surge en el espacio de esta "YOSOYdad", Juan surge en este espacio infinito, en esta apertura pura. Juan es un objeto, como lo es un árbol o una nube que surge en el espacio del Yo que tú eres. Ahora no estoy hablándole a Juan, te estoy hablando a ti. Eso que es consciente de Juan es este Yo omnipresente. Este Yo es consciente de Juan surgiendo a cada momento. Este Yo es Absoluto. Lo Absoluto está leyendo esta página. Juan no está leyendo esta página, Dios está leyendo esta página. El Yo es consciente de Juan y consciente de esta página. Tú no eres Juan. Tú eres lo que es consciente de Juan. Lo que es consciente de Juan es una "YOSOYdad" que en si misma no puede ser vista, sino únicamente sentida, sentida como una certeza absoluta, una incuestionable Identidad, YO SOY el que SOY eternamente, intemporalmente, más allá del tiempo. Sólo existe esta "YOSOYdad" en todas las direcciones. Todo surge espontáneamente en el espacio de esta gran perfección que es este Yo, que está leyendo esta página ahora mismo.
Y tú, Juan, eres ese Yo. Tú siempre has sabido que tú eres este Yo. Nunca hubo un momento en que no supieras que tú eres tú. Nunca podrías recordar un momento en el que tú no fueras tú. Lo único que puedes recordar es algo que este Yo hizo. Sólo existe este Yo. No lo puedes alcanzar, pues es él el que trata de alcanzar. No puedes verlo, porque es él quien está mirando ahora mismo, lo cual significa que todo, simplemente, surge en su conciencia: el mundo entero surge en tu conciencia momento a momento. Tú eres este espacio en la cuál todo surge espontáneamente y sin esfuerzo. Tú eres ese Uno. Tú siempre has sido ese Uno. Sólo existe ese Uno. No finjas que estas buscando ese Uno. No finjas que has olvidado ese Uno. Lo único que siempre has conocido, lo único que siempre has recordado, lo único que en verdad estás sintiendo ahora mismo es ese Uno: la talidad, la presencia, la cualidad de todo tal como es, y tal como surge en tu Yo ―la simple sensación de Ser― que es cualquier cosa que sientes, siempre.
Mira las nubes: están surgiendo en tu conciencia, están surgiendo en ti. Las nubes están fuera de Juan pero dentro de tu Yo. Mira tu cuerpo y esta sala. Tu cuerpo está en esta sala, mas ambos, tu cuerpo y la sala, surgen EN tu conciencia. Tú estás literalmente sosteniéndolos en tu conciencia amorosamente. Las montañas están apareciendo en tu conciencia: están surgiendo en ti y tú las sostienes amorosamente en tu conciencia, abrazas lo que va surgiendo como el amante abraza al amado. Las montañas están surgiendo fuera de Juan pero en el interior de tu Yo. Las nubes, las montañas, y el propio Juan están todos, simultáneamente y sin esfuerzo, surgiendo en este Yo, lo que está leyendo esta página. Todo lo que está surgiendo lo hace en esta inalterable "YOSOYdad", que no es una cosa, un objeto o una persona, sino la apertura o el espacio en el que todas las cosas, objetos y personas pueden surgir. Esta vacuidad, esta apertura, este grandioso espacio es tu Yo, es lo que siempre has sido, lo que eres antes de que tus padres nazcan, lo que eres antes del Big-Bang. No hay antes y después para este ahora que es el Yo. Sólo existe este ahora del Yo que está leyendo esta página en este preciso momento. No hay un pasado y un futuro en este interminable ahora. Todos los antes y todos los después surgen en esta conciencia instantánea. Sólo existe esta belleza radiante, omnipresente, sin inicio, sin fin, no-nacida, imperecedera, que es consciente de esta página, que es consciente de este universo, y que encuentra todo esto EN el espacio que es. Por lo tanto, todas las cosas surgen en la inalterable PAZ que las sostiene en su amoroso interior. Juan está en el universo; el universo está en tu Yo.
Por eso, sé este Yo omnipresente que está leyendo esta página. No le estoy hablando a Juan, te estoy hablando a ti. Deja a Juan aparecer y desaparecer como cualquier objeto. Permite que Juan aparezca, permanezca por un momento, y desaparezca: ¿qué tiene esto que ver con tu Yo? Todos los objetos aparecen, existen, y desaparecen en el vasto espacio y en la vacuidad que es conciente de este momento, y de este y de este y de este. Y, sin embargo, este momento no tiene fin, nunca has sentido realmente que el presente hubiese llegado a su término porque eso nunca acontece: el presente es la única cosa que es real: este ahora, esta simple sensación de Ser, exactamente la misma sensación o conciencia en la que esta página flota, en la que Juan flota y en la que las nubes flotan. Cuando tú sientes este instante presente, no hay nada fuera de él ― no puedes ver el exterior de este instante intemporal, porque no hay nada fuera de él. Ahora y ahora y ahora es todo lo que conocerás, y este instante presente es, simplemente, otro nombre para el Yo espacioso en el que surge el kosmos entero, como una radiante, jubilosa, extasiada sensación de felicidad y un deseo de compartir esta alegría infinita con alguien más.
Porque esta página y las montañas y las nubes todas surgen en tu conciencia, no hay nada fuera de tu Yo. Que no exista nada, literalmente, fuera de tu Yo significa que no existe nada, literalmente, que lo pueda amenazar. Una vez que conoces esta Identidad, conoces la PAZ. Porque ya eres, directamente, inmediatamente, e íntimamente uno e idéntico a "eso" que está leyendo esta página ahora mismo, has reconocido a Dios directa, inmediata, inequívoca e innegablemente. Y porque reconoces a Dios aquí y ahora mismo, como al propio Yo que está leyendo esta página, sabes que, finalmente, verdaderamente, profundamente estás en casa, un lugar que siempre has conocido y siempre habías fingido no conocer.
Por lo tanto, deja de fingir. Confiesa que tú eres Dios. Confiesa que tú eres Belleza. Confiesa que tú eres la Verdad que los sabios han estado buscando durante siglos. Confiesa que tú eres la Paz que supera toda comprensión. Confiesa que estás tan arrebatadamente feliz que tuviste que manifestar este mundo entero sólo para dar testimonio de la belleza radiante que no podías contener solo en y para ti mismo. Confiesa que el testigo de esta página, el Yo de este y todos los mundos, es el único verdadero Espíritu que mira a través de todos los ojos y oye a través de todos los oídos, y se extiende en amor y compasión para abrazar los propios seres que Él mismo creó en una extasiada danza eterna que es el secreto de todos los secretos. Y confiesa que estás Solo, que eres literalmente el Único en todo el universo: no hay otros para este Único. Hay ciertamente otros para Juan, pero tanto Juan como los otros surgen en la conciencia que está leyendo esta página, y ésta conciencia, éste Yo, no tiene otro porque todos los otros surgen en este Yo. El Uno sin segundo es lo que está leyendo esta página.Por lo tanto, sé ese Uno. Pero dale también mi amor a Juan.
Posdata: ¿Comprendes muy, muy, muy profundamente que aquel que está leyendo esta página es aquel que la escribió? ¿Que Juan, Ken, y esta página, todos surgen del Testigo de esta página? Este Yo no es difícil de encontrar, sino imposible de evitar. Por eso suelta todo ese alboroto sobre encontrar y perder, y simplemente sé el Uno en el que todos los mundos están surgiendo ahora. Así que sal a la calle y mira al mundo maravilloso apareciendo dentro de tu propia conciencia, surgiendo en tu propio Ser, y después, ya sabes, vete a tomarte una cerveza o algo...
Autor: Ken Wilber   https://www.nodualidad.info/articulos/testigo-del-ser.html

16 de julio de 2023

ELIGE: ¿DESPIERTAS O NO?

 De nuevo subo un vídeo más de David Parcerisa porque lo considero importante, nos invita una vez más a través de su canal Rimbel35 donde nos habla sobre el estreno de una película San of Friden interpretada por (Jim que vilsen).
La gran elección del ser humano es despertar o seguir dormido.

Jesús Miravalles Gil
                                        

4 de julio de 2023

PP Y VOX DESCONECTADOS DE LA REALIDAD

 El partido popular y vox con Feijóo y Abascal impulsados a los puestos de poder forman dos partidos que están completamente desconectados de la realidad, me recuerdan a personas como Donald Trump un personaje con fuertes desordenes psicólogicos y mentales.
 A Feijóo y Abascal los considero unos líderes inadecuados y muy poco formados con un nivel paupérrimo para llevar las riendas de un país.
El 23 de Julio tenemos la oportunidad toda la izquierda de este país de evitar que personajes como Feijóo, Abascal alcancen su objetivo.Si la izquierda se moviliza en masa,Feijóo y el fascismo no tienen nada que hacer, si no se puede avecinar un Sunamy de psicópatas, narcisistas, y antisociales, hay que recordar una vez más que la falta de empatía y la crueldad van de la mano del fascismo.
Para esta clase de personas no se consideran culpables de sus acciones aunque sepan de antemano que han obrado mal.
Lo peligroso es con que facilidad se miente y se difama cuando hablan Feijóo y vox deformando la realidad para sus seguidores fanáticos y dormidos. 
"La Realidad" es aquello que por mucho que la quieran tapar o esconder ella no desparece nunca jamás.
Desde aquí pido una mayoría suficiente de las izquierdas el 23J.

Jesús Miravalles Gil