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10 de enero de 2015

EL BOTE VACÍO (cuento zen)


 EL BOTE VACÍO: (cuento zen)
Aquel que gobierna sobre los hombres vive en la confusión, aquel que es gobernado por hombres vive en el dolor, por tanto Yao deseaba no influir en los demás ni ser influenciado por ellos. El camino para apartarse de la confusión y quedar libre del dolor es vivir en el Tao, en la tierra del gran Vacío.
Si un hombre está cruzando un río y un bote
vacío choca con su esquife, por muy mal carácter que tenga no se enfadará demasiado; pero si ve en el bote a un hombre, le gritará que se aparte y, si sus gritos no son escuchados, sus gritos se harán más fuertes aún y empezará a maldecir. Todo porque hay alguien en el bote.
Si el bote estuviera vacío él no estaría gritando, ni estaría irritado. Si uno pudiera vaciar el propio bote, ese que cruza el río del mundo, iría sin encontrar oposición ni nadie jamás intentará hacerle daño.
El árbol derecho es el primero en ser talado, el arroyo de aguas claras es el primero en ser agotado. Si deseas engrandecer tu sabiduría y avergonzar con ella al ignorante o cultivar tu carácter para ser más brillante que los demás, entonces una luz brillará en torno a ti como si te hubieras tragado el Sol y la Luna: no podrás evitar las calamidades.

Un hombre sabio ha dicho:

Aquel que está contento consigo mismo ha realizado un trabajo carente de valor.
El éxito es el principio del fracaso. La fama es el comienzo de la desgracia.
¿Quién puede liberarse del éxito y de la fama para descender y perderse entre las masas de los hombres?
Fluirá como el Tao, sin ser visto, se moverá con la propia vida, sin nombre ni hogar.
Él es simple, sin distinciones, un tonto según todas las apariencias. Sus pasos no dejan huella, no tiene poder alguno, no logra nada y carece de reputación, pues como no juzga a nadie, nadie lo juzga a él.
Así es el hombre perfecto: su bote está vacío.
                                                         cuento zen
Jesús Miravalles Gil
                                      

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