Me duele en el alma ver tu sangre derramada, por tu tierra ultrajada, y usurpada por el Sionismo más cruel.
Escucho el rechinar de tus dientes, y el crujir de tus huesos tras las atrocidades de la guerra, desde la lejanía sufro y me siento impotente de no poderte ayudar.Me revelo cuando veo tantos misiles y bombas apuntándote como si fueras una diana.
Oigo tus gritos y tus llantos tirado en el suelo y bañado en sangre, sin poder entender a que viene tanto odio.
Sabiendo de antemano quien es la manzana y quien es el reptil, con el apoyo explicito de la UE y EE.UU.
La humanidad hoy más que nunca esta al limite, de soportar esta esclavitud ya no puede más.
Intento encontrarte y poder ver tu rostro pero un cielo gris con un humo muy denso me lo impide, solo veo la huellas de un tanque sobre la arena del desierto.
¡¡Ay, franja de Gaza!! ¿Por qué permites tanto dolor? De ver y reconocer los cuerpos mutilados y esparcidos de tus hijos sobre la arena .También quiero decirte que el paisaje que veías ya no es el mismo te lo han cambiado solo hay soledad, miseria y una mortífera artillería.¡¡Ay, niño Palestino!! Sin ningún futuro, sin ojos, sin vida. ¿Qué mentes desequilibradas deciden tu destino, para decirte que te traen la libertad después de quitarte la vida?. Si ya eras libre en tu propia tierra?.
¿Qué clase de libertad es esa que te ofrecen después de machacarte.
Tu pediste la paz a gritos por todos los rincones, pero ellos te mataron, te robaron la inocencia y tus sueños del mañana que tus ojos no verán.
Pequeño niño Palestino si tu solo querías vivir en paz, igual que los niños de Libia, Irak, o todos los niños del mundo que desean ser ellos mismos. Y que los invasores Sionistas paguen por los crímenes cometidos.
Jesús Miravalles Gil
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